Vamos a hacer un recorrido por una de las ciudades más grandes e importantes del mundo. Se trata de Tokio, la capital de Japon. La ciudad cuenta con 12 millones de habitantes y está en continuo movimiento.
Puesto que vamos a recorrer esta impresionante urbe, dividiremos los recorridos en varias partes. Vamos a comenzar por el Palacio Imperial. En contra de lo que mucha gente piensa, Tokio no es solo la ciudad de los neones y de la hiperactividad, en cuanto que nos salimos del centro, encontramos un remanso de paz con templos, jardines palacios y museos.
Vamos a comenzar nuestro recorrido visitando el Parque Imperial, todo un oasis de tranquilidad rodeado por frondosos jardines y grandes avenidas que se encuentra en el centro de Tokio en cuyo interior se erige el Palacio Imperial, residencia del Emperador. El parque es un vestigio del pasado medieval de Tokio como ciudad fortaleza, está rodeado de fosos y jardines. Al Palacio sólo se puede acceder con visita guiada y únicamente en japonés. Para ello hay que pedir cita en la Agencia de la Casa Imperial y llamar con bastante antelación. En el mes de agosto no hay visitas. Está situado en la explanada Imperial, extensión ajardinada que mantiene al Palacio alejado del centro de Tokio. En una esquina de la Explanada está situada la Torre Vigía, desde donde hay una magnífica vista del palacio.
El Parque Kitonamaru Koen es un jardín anexo al Palacio Imperial. Ocupa la parte norte de la ciudadela del castillo de Edo, también conocido como castillo Chidoya, fue construido en 1457 con piedra y madera. Junto a la entrada del parque está la Galería de Artesanía, un museo que se puede visitar. Es un edificio neogótico de ladrillo rojo que alberga una importante colección de artesanía tradicional japonesa. También en este parque encontramos el Museo de la Ciencia, así como el pabellón de artes marciales llamado Budokan.
Anexo al Palacio Imperial está Yasukuni-jinja, un santuario o cementerio cuyo nombre significa reposo del país. Se construyó en el siglo XIX en honor a los defensores del emperador durante la restauración Meiji. Desde entonces se ha ido ampliando para acoger a los muertos de la sucesivas guerras del país. Se dice que los camicaces japoneses antes de su muerte decían: "nos vemos en Yasukuni". También en Yasukuni hay un museo militar de enormes dimensiones con ropas y objetos de soldados muertos y hasta un bombardero kamikaze en mitad de la sala.
También cerca del Palacio Imperial se encuentra el Forum Internacional y el museo de arte Idemitsu.
Algo muy curioso para visitar en Tokio es la Catedral Ortodoxa Nikolai, o como se la conoce en Japón, la Nokolai-do. Recibe su nombre en honor a San Nicolás, un misionero ruso encargado de llevar la religión ortodoxa a Japón.
Es una rareza en Tokio, ya que pocas veces podemos ver su estilo bizantino y su planta de cruz griega. Nickolai-do se levanta sobre una colina donde anteriormente estaba el puesto de observación de los bomberos en la edad Edo (1603-1868). Es el templo de arte bizantino más antiguo de Japón.
Hasta aquí llegamos en el recorrido de hoy, pero nos queda mucho por ver en Tokio. Hasta pronto!
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