Termina el 2011, un año maravilloso que nos permitió crecer, conocer y aprender más de nuestro trabajo, de las otras personas y de todas las experiencias vividas. Enfrentar el 2012 con el mismo positivismo es solo cuestión de actitud. Muchas persona no tienen ese mismo parecer del año que termina. Están llenos de frustración “por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía”; una crisis que está solo en nuestras mentes y cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas. Esas palabras, escuchadas en cada rincón de la Tierra y en todos los idiomas, parecen una enfermedad que se propaga contagiando a todos de un negativismo que no nos deja ver la luz del día. “En esta oscuridad, sin embargo, existen personas que sí ven la luz del mañana, que tienen un comportamiento diferente ante la vida y ante los problemas que enfrentan todos los días”, afirma Ana Mercedes Rueda, psicóloga y guía de ‘Mensajes de ángeles’. Ahí es cuando hablamos de positivismo, esa actitud mental que nos apoya en cualquier situación ayudándonos a resolver los problemas que puedan aparecer en nuestro camino. Recuerda que hay dos formas de ver el vaso: medio vacío y medio lleno. Puedes alegrarte al observar la mitad llena o puedes preocuparte por la mitad vacía. Esto no es más que una cuestión de dos actitudes antagónicas: la positiva y la negativa. “Sin dejar de ser realista o soñador, puedes transformarte en una persona más positiva y creativa para vivir las circunstancias de una manera menos traumática y más relajada en este 2012”, asegura Ana Mercedes. Para dejar de ver todo negro y cultivar una verdadera actitud positiva, sigue estas reglas de oro: • Relájate y respira profundo si algo te salió mal o si estás depresivo. • Haz lo que piensas. Trata de evitar las conductas contradictorias. • Aprende a ver el lado positivo de todo. La clave está en aceptar los hechos. • Serenidad, autocontrol y positivismo son las mejores armas para salir adelante. • Evita las comparaciones. Nada mejor que ser uno mismo. • Al pensar en qué debes hacer en el futuro te pierdes de vivir el presente. • Olvídate de los detalles. La obsesión sólo puede conducirte a la desilusión. • Permítele al cuerpo moverse con total libertad. Recrea tu mente con el deporte o el baile. • Cuida tu imagen. Verse bien es una manera de sentirse bien. • Presta atención a los demás. Con los problemas de los otros tomamos conciencia de que no todo es grave. • Duerme plácidamente. Es una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día. Petición al Universo Escriba en una hoja de papel especial la lista de deseos que tienes para el año que inicia: 1 En el sitio de tu predilección prepara un altar para Dios y los ángeles con los 4 elementos: tierra, agua, aire y fuego. 2 Coloca los elementos sobre un mantel blanco en el piso y una vela. Siéntate cómoda y da gracias a Dios y a los ángeles, y lee, con toda la fe y convicción de que estás siendo escuchada, tu carta de peticiones. 3 Aunque la mayoría de las veces se sugiere quemar la lista, en esta ocasión se recomienda mantenerla en un lugar cercano, pero teniendo la precaución de no apegarse a ella. |
Hace 4000 años los babilonios vieron en esta repetición de las estaciones un motivo digno de celebrarse e instauraron un ciclo festivo que dejaría corta la juerga más movida de nuestra época: eran 11 días de celebración, que comenzaban cuando la primavera describía sus primeros trazos entre los jardines colgantes de Babilonia. Los egipcios también recibían con algarabía las señales que preludiaban el nuevo año. Su rostro se tornaba festivo cuando llegaba el ansiado momento en que el río Nilo empezaba a crecer y el caudal se hacía propicio para la siembra. Entonces, la tierra era labrada con confianza en los tiempos venideros. Desde siempre, el nuevo año ha significado el festejo de un triunfo inexistente, una victoria que se desea pero aún no ha ocurrido, un elogio a la esperanza que se renueva cada 365 días. En las diferentes culturas de todos los tiempos los cambios de ciclo han llevado implícitos ritos que atraen salud, amor y dinero, los tres pilares básicos de la felicidad del hombre. Por eso, no es extraño encontrar ritos ancestrales, propios de cada cultura y pueblo, que busquen la felicidad, el éxito y la abundancia. |
La espera de fin de año es especial en Venezuela. Antes que den las 12, las familias se reúnen en sus hogares y preparan la hallaca, una especie de humita exuberante, repleta de condimentos y relleno especial, que se regala a los amigos durante la noche de víspera de Año Nuevo. Es una forma de reafirmar la amistad y de desear buena suerte para el próximo año. En Alemania desafían al destino mediante la “ceremonia” del bleiglessen. Este ritual consiste en develar los misterios del futuro con una barra de plomo. El plomo se pasa por una soldadora, se funde hasta hacerse agua y las gotas plateadas se vierten en un vaso cuando el alba empieza a despuntar. El plomo líquido se vuelve sólido nuevamente y alcanza formas extrañas que -con una buena dosis de imaginación germánica- pueden predecir lo que depara el mañana. Los escoceses festejanen el Hogmanay. El procedimiento es sencillo: se busca un barril de madera, se le prende fuego y se lo pone a rodar por las calles. Según dicen, es para permitir el paso del nuevo año. Además, después de medianoche, llega el momento de presentar su "primer pie". A esa hora van a ver a sus allegados para desearles feliz año nuevo y les ofrecen un trago de whisky y un pedazo de pastel de avena. Los más viejos se quedan y esperan que el "primer pie" en sus casas sea el de una persona bella y alta y, sobre todo, de cabello negro (que trae suerte). |
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