Kyla  se reunió conmigo en el centro y salimos a caminar por el Mercado Pike  Place – el punto de referencia de Seattle donde se reúnen un montón de  artistas y vendedores todos los días, para ofrecer sus productos. Acá  puede encontrar frutos de mar frescos todas las mañanas, y donde Ud.  probablemente haya visto videos de la gente  tirando gigantes salmones de un lado a otro por encima de toda la gente. 
Fuimos  a Lowell's – un restaurante especializado en frutos de mar, que por la  noche se transforma en un bar – donde tomamos algo y vimos el sol  ponerse por detrás de las Montañas Olímpicas y el Puget Sound. Fue muy  lindo.    

Llegamos  a la casa de Kyla en Ballard. Ella tenía una bicicleta extra así que  fuimos en bicicleta hasta la playa de Ballard. No quedaba muy lejos y  fue lindo andar con la frescura de la noche. Llegamos y había grupos de  gente reunidos alrededor de fogatas por toda  la  playa. Caminamos por la playa y vimos que alrededor de una fogata había  una masa de más de 100 personas. Nos acercamos más y vimos que en el  medio había una pelea.  Varios  tipos grandotes estaban golpeando a un chico flaquito. Finalmente lo  dejaron y el salió tambaleándose hacia donde estábamos nosotros. El  círculo se abrió y otro chico salió corriendo y le dio un golpe en la  oreja.  Él se cayó y los tipos  grandotes de antes volvieron corriendo y casi nos atropellan. Luego de  eso la pelea se terminó. Nos fuimos hasta otra fogata a calentarnos un  poquito y a reírnos de la pelea por un rato hasta que se hizo la hora de  volver.


Luego tomamos el autobús de regreso a la casa de Kyla en Ballard, para pasar un rato ahí.  Fue  un recorrido de 20 minutos que se convirtió en un recorrido de 25  minutos cuando el conductor del ómnibus se encontró con un taxi que  había estacionado en el carril exclusivo de ómnibus frente a un bar  lleno de gente. El conductor del ómnibus le dijo al taxista que se  moviera. El taxista gritó unas obscenidades. El conductor de ómnibus le  respondió con otras obscenidades. Luego hubo un montón de obscenidades y  era difícil saber quién decía que.  Luego  el conductor del autobús dijo que iba a llamar a la policía y movió su  autobús un poco, atrapando al taxista contra el bordillo de la vereda.  Llamó a la policía, y después de atraparlo por 5 minutos llegó el  sheriff.  Era divertido porque una mitad de los pasajeros estaban del lado del conductor del autobús, y la otra mitad quería irse a casa.  A  Kyla y a mí simplemente nos parecía divertido. Tuvimos suerte de que el  sheriff viniera tan rápido, o se hubiera puesto interesante. 


 
 

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