Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de abril de 2012
¡Queridos hijos!
También hoy los invito a la oración y a que su corazón,
hijitos, se abra a Dios como una flor hacia el calor del sol. Yo estoy con
ustedes e intercedo por todos ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi
llamado!
Oración
Virgen María, Reina de la Paz, nos encomendamos a ti,
sabiendo que somos las niñas y los niños de tus ojos. Danos un corazón dócil,
humilde y obediente como el tuyo, para que Dios pueda bendecirnos en todo; y
cúbrenos, Madre, con tu manto, haciéndonos invisibles e inmunes a todo mal.
Pensamientos sanadores
Hoy pide a Dios los ojos para ver lo que necesitan tus
prójimos
Sólo podremos decir que somos hombres y mujeres
profundamente espirituales y completos, si, además de centrarnos en Dios, nos
concentramos también en las necesidades de quienes caminan junto a nosotros por
los senderos de la vida; y si nos ocupamos de ver, con ojos nuevos, a aquellos
que cruzamos “incluso ocasionalmente” en las intersecciones de las calles de
nuestra existencia.
Hace dos mil años, Jesús veía hombres y mujeres
concretos, donde otros sólo veían enfermos incurables o pecadores irrecuperables.
Desde el Corazón de Cristo, que es el Maestro de amor y
desde su mirada que dignifica a la persona humana, Jesús irradia una fuerza que
saca a los enfermos de su postración y a los pecadores de su oscuridad.
Pidamos entonces, tener también nosotros, el corazón y
los ojos de Jesús.
El que no se ocupa
de los suyos, sobre todo si conviven con él, ha renegado de su fe y es peor que
un infiel. 1 Timoteo 5, 8.
Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa
Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el
cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno,
así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu
Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las
familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Fati (Fátima Belén), niña de Córdoba,
Argentina, que fue tratada por leucemia y hoy tiene que realizarse una punción
medular para control. Que el Señor la acompañe en el estudio y que los
resultados del mismo sean los mejores.
Pedimos oración por Elsa S., de Buenos Aires, Argentina,
que tiene artrosis con los dolores propios de esta afección y además una
gastritis que le impide recibir medicación analgésica por vía oral. Que el
Señor la fortalezca física y espiritualmente para que pueda cargar su cruz y
seguirlo.
Pedimos oración por Leonel Enrique, de Nicaragua a quien
la han detectado una enfermedad grave y pronto se realizarán otros estudios,
rogando para que la misericordia de Dios este siempre presente dando fortaleza
a sus padres y que los resultados sean favorables.
Pedimos oración por María de Lourdes R. A., de 45 años y
madre de dos niñas: una de 21 y otra de 11, de Ecuador, ciudad de Guayaquil, para
que la Misericordia Divina la ayude a encontrar un trabajo ya que perdió el que
tenía. Y también un trabajo para su hija Sofía para poder culminar sus estudios
en la Universidad. Rogamos a María que interceda ante Jesús para que atienda
las necesidades de esta familia.
Pedimos oración por el señor José Antonio P. V., de
México, que se cayó y se fracturó la clavícula, él tiene 90 años y no es nada
fácil recuperarse. Por ese motivo lo encomendamos a La Virgen María y a Juan
Pablo II para que intercedan ante Dios Nuestro Señor para que pronto sane.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo
ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
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