Pero yo esperare en el Señor, pondré mi esperanza en Dios mi salvador, porque El me escuchara. Miqueas 7:7
Como cuesta esperar! Somos por naturaleza ansiosos y queremos todo
ya. No nos gusta tener que esperar. Queremos las respuestas aquí y
ahora. No importa que edad tengamos, siempre la ansiedad es la misma.
Los adolescentes quieren novia, y la quieren ya. Por eso a veces se
equivocan, porque por apurados, eligen sin consultar. Los que buscan
trabajo lo quieren ya. Salen con el diario abajo del brazo y esperan que
alguna puerta se abra y los dejen trabajar hoy mismo. Pero la puerta no
se abre, y vuelven a casa desesperanzados.
Los que estan enfermos quieren sanarse ya. No quieren seguir
sufriendo. Quieren poder disfrutar de la vida ahora y cortar con los
malos momentos. No importa cual sea tu problema hoy, siempre es lo
mismo. Queremos ya la respuesta, queremos ya la solución. Queremos ya
estar bien.
Miqueas también tenia problemas, suyos y del pueblo. Había cosas que
no podía manejar, que se escapaban de su control. Y no podía modificar
su angustiante situación. Quería mejorar ya, pero no podía hacerlo. Y
entonces se da cuenta del enorme recurso que tiene. Y le pide a Dios que
lo ayude. Me gusta mucho la confianza de Miqueas. Frente a la ansiedad
de las personas, frente al apuro por respuestas milagrosas, frente al
deseo inmediato de cambiar una situación desagradable, Miqueas puede
decir: Yo voy a esperar en Dios. Porque aunque lo que estaba
viviendo era feo, y no le gustaba, y lo quería cambiar, había dejado su
problema en las manos de Dios y sabia que ahora solo podía esperar.
Estaba en las mejores manos.
Tal vez hoy estas pasando un momento feo, hay mucha ansiedad en tu
mente, quieres respuestas y nunca llegan, deposita tu problema en las
manos de Dios. El tiene el control de todo y también de tu vida.
Dejalo actuar porque El sabe lo que hace. Confía en Dios,
para poder esperar tranquilo. Toda oración que llega al Trono de la
Gracia, es escuchada y se responde. Puedes esperar tranquilo. Dios ya
sabe tu problema y tiene la solución.
Si Dios es tu esperanza, puedes esperar.
Dios te bendice!
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