El
nombre del Doberman proviene del apellido de su creador alemán, que
hizo los cruces que terminaron dando un animal creado inicialmente para
la policía, lo que por mucho tiempo les valió el sobrenombre de “perros
de gendarme”. Actualmente son perros que ofrecen compañía y protección.
Su creador, Karl Friedrich Louis Dobermann, era
un vigilante nocturno y recaudador de impuestos que se encargaba de la
custodia de una perrera en la ciudad de Apolda (Turingia). A partir del
primer año de vigilancia, comenzó a necesitar un perro para defenderse,
pero ninguna de las razas a las que podía acceder era de su entera
satisfacción. Fue entonces cuando emprendió una tarea tan arriesgada
como difícil: crear su propia raza a partir de ejemplares adquiridos en
el mercado o capturados en el campo.
El Dobermann procede del cruce entre Mestizos Alemanes y Pinscher. Estos mestizos eran el resultado del cruce
entre una hembra azul grisácea de procedencia dudosa, y un perro “negro
y fuego”, cuya procedencia era, a su vez, el resultado del apareamiento
entre un Perro Boyero de montaña bernés y un Perro Pastor. Después de estos cruces, intervinieron en la formación de la raza un Manchester Terrier y una hembra negra de Galgo. Posiblemente los estudios genéticos puedan ,algún día, dar más información exacta sobre el origen del Doberman.
Tiene el cuerpo cuadrado, la cabeza tiene los planos del hocico y del
cráneo paralelos, depresión frontonasal muy ligera, ojos pequeños y
oscuros. Orejas de inserción alta, cuello largo y elegante, el cuerpo es
musculoso, con los miembros rectos, la línea superior es recta y el
pelo corto pegado al cuerpo.
Vivaz y valiente. El Doberman tiene una expresión
decidida e inquietante. Es un perro de carácter enérgico, orgulloso e
impulsivo, que debe ser estable, asentado y sociable. Si no se lo trata
como se debe, puede ser un poco agresivo pero siempre mantiene su
estabilidad y compañerismo para con su amo. No es un perro para
cualquier amo. Necesita un dueño firme y tranquilo, que sepa imponerse
con paciencia y por encima, con afecto. Sumamente fiel, muy dependiente
de la familia, demuestra una devoción ciega por su amo. Es un perro
amigable y cariñoso sobre todo con los niños, aunque es necesaria la
supervisión de los padres ya que el Doberman tiende a
jugar con mucha energía debido a su peso y musculatura y puede derribar o
golpear sin querer y poder hacer daño. Posee un sentido innato de la
protección y en la mayoría de los casos, es muy desconfiado con las
personas extrañas. Este perro es frágil y sensible desde el punto de
vista emocional y no soporta las relaciones conflictivas. Necesita una
buena socialización en todos los ámbitos para fomentar su convivencia y
su equilibrio emocional para una mejor convivencia y fomentar mucho más
el contacto amigable con humanos y otros animales. Siempre habrá de
mantener su estabilidad emocional, aunque, si se lo descuida o lo trata
mal, probablemente, se torne un tanto depresivo o agresivo.
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