 El  cristiano está llamado a sufrir. ¿Acaso nos damos cuenta de esto? Dios  no tiene mejor manera de glorificar su nombre que el acercarnos a él por  medio de las pruebas que él mismo manda (o que permite que vengan) a  nuestras vidas.
 El  cristiano está llamado a sufrir. ¿Acaso nos damos cuenta de esto? Dios  no tiene mejor manera de glorificar su nombre que el acercarnos a él por  medio de las pruebas que él mismo manda (o que permite que vengan) a  nuestras vidas.Nosotros debemos permitir que Dios  nos haga aptos de entrar al cielo por medio de su gracia. Allí no  entrará nada impuro, así que debe ser nuestra sincera oración que Dios  nos purifique para llegar a estar preparados para el cielo.
En cierta ocasión un joyero estaba  dándole calor a su oro. Él revolvería el líquido con su cucharón y  sacaba las impurezas que flotaban en la superficie. Alguien le preguntó  cómo él sabía cuando su producto estaba puro.
Él contestó: "Cuando puedo ver claramente mi reflejo en la superficie"
El método de Dios por lo general  no consiste en un solo calentamiento y luego quedamos puros. Se requiere  de varios calentamientos para llevarnos a niveles más altos.
Es reconfortante saber que nada  nos sobrevendrá que nuestro Señor no haya experimentado antes que  nosotros. Tengamos una actitud positiva ante las pruebas que se  presenten en nuestras vidas. Ellas son para nuestro bienestar eterno.
Fuente: Kenton Martin, Junto a Aguas de Reposo
No entrará en ella ninguna cosa inmunda. Apocalipsis 21:27
 
 

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