sábado, 31 de julio de 2010

AYUDANDO A INDIGENTES

Ayudando a los Indigentes - Ministerio Tangible
Al ayudar a los indigentes, como miembro de un grupo de alcance llamado Church in the Woods, veo mucho más de los arruinados y vagabundos. Los encontramos en las ciudades, en los suburbios, bajo los puentes, en parques, y en propiedades industriales desocupadas. Ellos viven en carpas, cobertizos, artificios hechos de madera y plástico que desafían definición. Algunos de los indigentes sí trabajan. Algunos tienen problemas de abuso de drogas. Algunos sufren de enfermedades mentales. Cada uno de ellos quiere algo que el resto de nosotros también queremos: amor y comprensión.

Salía del aeropuerto de Las Vegas en un auto alquilado cuando lo vi. Desmarañado y cojeando, dejó caer la mochila en la isla, en una intersección de una autopista, abrió un cierre, y sacó un anuncio.

Mientras me acercaba, desdobló el cartón y pude leerlo:

"¿Para qué mentir?" decía el anuncio. "Quiero cerveza."

Quedé impactado por la honestidad del anuncio, . . . y conmovido por la realidad de la difícil situación de este hombre. Recordé que alguien me dijo una vez: "Si un indigente tiene un anuncio gracioso, probablemente no ha sido un indigente por mucho tiempo."
Ayudando a los Indigentes - La Tendencia a Juzgar
Para algunos, el indigente presenta una oportunidad para la caridad y para la auto-reflexión. Mucha gente piensa que el indigente escogió esa manera de vivir. En algunos casos, esto es en parte verdad. Déjeme darle una ilustración.

Una mujer que conozco ha estado viviendo en los bosques por 14 años. Ella creció en un hogar de clase media en Carolina del Norte. Trabajó como asistente de enfermeras, tuvo un apartamento con su novio. Él decidió mudarse a otra ciudad y ella se fue con él.

Cuando llegaron, ninguno de los dos pudo encontrar trabajo. Pusieron una carpa en los bosques para reducir gastos. Ella obtuvo un trabajo de bajo salario y él comenzó a beber. Él comenzó a abusar físicamente de ella. La mujer ocasionalmente tenía convulsiones que interferían con su trabajo y ocasionaban que faltara muy a menudo al trabajo. Perdió su trabajo, su seguro, y la medicina que controlaba las convulsiones. Se dio al alcohol para auto-medicarse.

Finalmente, la mujer fue golpeada por su novio al extremo que necesitó ser hospitalizada por fracturas de huesos en la cara y costillas. Cuando le dieron de alta, la policía local le construyó un albergue en los bosques. Ella permanece ahí en la actualidad, auto-medicándose todavía y cuidando a varios perros y gatos.
Ayudando a los Indigentes - Aspectos del Indigente
En un área relativamente pequeña alrededor del campamento de esta mujer, hay de 50 a 60 indigentes, cada uno con su historia única del por qué son indigentes.
  • Algunos son inmigrantes ilegales.
  • Algunos son veteranos del ejército.
  • Algunos son gente que encontró un empleo de bajo salario que no alcanza para pagar un alquiler, electricidad, comida, y medicinas.
Gente bien intencionada ayuda a los indigentes: (Lea historias aquí.)
  • Mucha gente de los alrededores llevan consigo pequeñas bolsas de artículos de aseo y comida no perecedera, y se las dan a los indigentes que encuentran en las esquinas.
  • Otros les dan Biblias, cobijas, o lonas.
  • Algunos les dan una palabra amable.
Ayudando a los Indigentes - ¿Qué dice la Biblia?
La Biblia habla francamente acerca de los indigentes: "Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo. No tomarás de él usura ni ganancia, siino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo" (Levítico 25:35-36).

"¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de la impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en tu casa, que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e ira tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia."(Isaías 58:6-8).

"Entonces el Rey dirá a los de su derecha: 'Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.' Entonces los justos le responderán diciendo: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuando te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?' Y respondiendo el Rey, les dirá: 'De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, ¡a mi lo hicisteis!'" (Mateo 25: 34-40)

Tanta gente ignora a los indigentes, en parte porque creen que no pueden hacer mucho para "arreglarlos." Y tienen toda la razón. De hecho, no es la intención de Dios el que los "arreglemos" a ellos o el que ellos nos "arreglen" a nosotros.

Jesús nos dice que somos un cuerpo en Cristo. Todos ... ricos, pobres, cada raza, cada edad -- tiene un legítimo rol que jugar en ese cuerpo. Podemos ir a un campamento de indigentes, o a un orfanatorio, o a una casa hogar, con la intención de ayudar a alguien, pero en última instancia, estaremos ayudándonos el uno al otro a crecer juntos en el cuerpo de Cristo, imaginado desde el principio de los tiempos.

Nuestras características en común se vuelven asombrosas cuando derrumbamos las falsas barreras que hemos levantado alrededor de nuestro amor. Piénselo: Cada cristiano es un indigente espiritual. Vivimos en albergues temporales, ya sean modestos o grandiosos, esperando tomar nuestros lugares en la mansión del Señor.

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