Este es mi primer día en este mundo extraño, mi mama me alimenta con  todo el cariño de una madre, me cuida y me da calor, y yo en mis ratos  libres que no estoy dormido, juego con su cola y ella alegre me hace  caricias. Ha pasado una semana, y soy un cachorrito, inquieto que corre,  salta, de alegría, y me siento feliz porque cuando miro a mi madre, le  doy gracias por traerme al mundo. Dos semanas, veo que la ama de la casa  de donde vivimos, ha recibido una visita y oigo que dicen “está muy  bonito” pero yo sin saber todavía de lo que hablaban, me fui a un rincón  de la casa, pero cuando me estaba quedando dormido, sentí unas manos de  una dama que me llevaba su carro y al ponerme en el asiento de atrás vi  a mi madre, y con su mirada triste me decía adiós, porque nunca nos  volveríamos a ver de nuevo, y yo con tristeza le mire diciéndole  “a  donde me llevan.”
Pero al llegar a mi nuevo hogar, me recibieron con toda alegría unos  niños me tomaron en sus brazos, y acariciándome me decían palabras  bonitas. Era el más mimado de la casa, porque jugaban conmigo con unos  juguetes que me habían comprado, y me daban la comida que me gustaba.  Fueron pasando los días, y yo empezaba a crecer, pero todavía era el  centro de atención de la casa, pero un día mi ama me regaño y me  castigo, por haberme hecho “pipi” en el piso, pensé que no era malo,  pero en realidad no me habían enseñado.

Mi vida era una vida de ensueño, porque yo me sentía alegre con mi  amos, y ellos se sentían contentos conmigo, pero un día jugando con los  niños de la casa, mordí sin querer a uno de ellos, y lo llevaron al  hospital por mi culpa, pero solo fue un accidente, pero mi ama enojada,  me puso una cadena en mi cuello que me lastimaba, y me saco al patio de  la casa.
Por mucho tiempo estuve allí, bajo el sol ardiente, y las noches  frías, y sin comer, porque estaba castigado. Un día que dormía, sentí  que me hablaron, y pensando que me habían perdonado, me sentí contento, y  me subieron al carro, como si fuéramos a dar un paseo. Después de mucho  tiempo que duro el paseo, me dijeron que me bajara del carro, y yo  contento me baje para correr un rato, pero me di cuenta que ellos se  habían marchado, y me habían dejado en un lugar solitario que yo no  conocía, lo único que les dije fue “Espérenme !! Espérenme, que se  habían olvidado de mi.” pero cuando vi que no regresaban, empecé a  caminar para buscar un poco de comida, pero lo único que encontré fue a  unos hombres despiadados que me habían golpeado, hasta dejarme casi  muerto.
Unas damas pasaban junto a mi lado, y lo único que decían era “pobre  perrito” y al levantarme casi desorientado, pase donde estaban unos  niños que estaban jugando, pero al verme sangrando, me tuvieron miedo, y  me tiraron piedras, hasta pegarme en la cabeza, que me quede tirado.  Pasaron los días y las noches y los días, y yo estaba en el mismo lugar  no había comido ni bebido agua, estaba sin fuerzas, pero vi al otro lado  de la calle que estaba un basurero donde podía comer algo para saciar  mi hambre, pero al querer pasarla calle, un carro me pego y me dejo como  si no importara nada, pero al quererme parar y pasar la calle, un carro  me pego y me dejo como si no importara nada, pero al querer caminar,  mis patas no respondían y mi vista era negra, me había quebrado mis  patas y me había quedado ciego, y sentía que me moría, mas sentí unas  manos y unas voces que decían que me salvarían la vida, pero después de  tanto tiempo, no pudieron hacer nada, para salvarme la vida, solo  escuche que dijeron ” Es imposible no hay nada que hacer ” en ese  momento sentí un paquete que era para poderme matar, pero antes de morir  pensé ” para que nací, si no me iban a cuidar, si no solo me  maltratarían sin ninguna piedad.
“El maltrato de los animales es un pecado delante de los ojos de Dios.”
 
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario