Entre los participantes, con una edad promedio de 80 años, 300 eran sanos y 127 mostraban deterioro cognitivo leve (DCL) -una etapa previa a la demencia- y síntomas de Alzheimer.
Los investigadores encontraron que los ancianos con DCL y Alzheimer que caminaban al menos 20 minutos diarios durante toda la semana mostraron un deterioro mental más lento y menos pérdida de memoria que quienes no caminaban.
Y también se encontraron esos mismos resultados entre los participantes sanos.
"Durante 20 años hemos estado estudiando a individuos de edad avanzada para ver si la actividad física puede realmente conservar el volumen cerebral con el paso de los años y reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer" explicó a la BBC el doctor Cyrus Raji, de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, quien dirigió el estudio.
"Descubrimos que caminar unos 10 kilómetros a la semana logró, en el curso de 10 años, proteger la estructura cerebral y reducir el riesgo de Alzheimer en cerca de 50%".
"Y en la gente que ya tiene Alzheimer y DCL, encontramos que el ritmo de deterioro cognitivo y degeneración cerebral también logró reducirse", agrega el científico.
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