Cada quince días, en  uno de los salones de la Parroquia El Carmen se congregan más de setenta  familias poco convencionales: sus vidas están centradas en Cristo y eso  les hace felices. El grupo se llama Familias Unidas en Cristo, durante  sus reuniones es común ver parejas que se miran con amor y niños  saltando por todos lados. Adentrémonos en sus vidas y descubramos porque  vale la pena poner tu matrimonio en las manos de quien todo lo puede.
Es viernes por la  noche y quienes ingresan al salón saludan efusivamente, de inmediato se  disponen a colaborar con los equipos de coordinación que entre risas y  bromas soplan chimbombas, acomodan sillas y preparan el audio.
 Esa  particular alegría se debe a que hace pocas semanas veinticuatro  parejas hicieron su retiro de iniciación. Fueron tres días centrados en  la conversión personal y con temas vinculados al matrimonio: aspectos  socioeconómicos, la sexualidad, el dialogo como herramienta y la  paternidad compartida.
La reunión de hoy es  la primera después de este retiro, los ánimos y expectativas están a  flor de piel.
Poco antes que inicien  las alabanzas el Padre Manuel ingresa con una enorme sonrisa y  saludando con mucha ternura a los niños que corren de un lado a otro. El  espíritu es el mismo en todos los presentes, no importa la edad o  tiempo de casados, un mismo fin les congrega: están agradecidos por lo  que Dios ha hecho en sus vidas y quieren seguir caminando junto a el, es  por eso que cantan, saltan y bailan.
Los coordinadores son  los Cornejo Lacayo, una joven pareja que tiene siete años, ocho meses y  un día de estar en la comunidad. Ellos inician la reunión animando a las  nuevas parejas a perseverar en su matrimonio, como el medio para vivir  el amor en gracia de Dios.
 
“Si uno es  cristiano, es una criatura nueva. Lo antiguo pasó, ha llegado lo nuevo”  2 Cor 5, 17
Durante los tres días  de retiro se invito a los matrimonios  a  renovarse, a dejar atrás lo viejo e iniciar una vida nueva. Pero ¿Cómo  han hecho vida lo del retiro? ¿Qué han cambiado? ¿Qué están luchando por  cambiar?
A este momento le  llaman el cuarto  día, y es la oportunidad que  tienen para compartir sus vidas y su crecimiento con la comunidad. Los  testimonios de cada pareja sirven para enriquecer a las demás, hay  quienes dicen que desde el retiro han podido tomar en cuenta al Señor  hasta en el modo de recrearse, que ahora valoran mas la eucaristía,  también hay quienes han pasado de una relación conflictiva a poder salir  a servir a los  demás.
Al finalizar todos  piden al Señor que los fortalezca en su caminar y que puedan entregarse  sin términos medios, a no flaquear. Lo importante es que ya han empezado  y tienen la seguridad que por su amor en el cielo también hay fiesta.
Con el  Amor de Dios 
 Junto a su esposo,  Noelia Zamora de Martínez  es la encargada de la  Fase de Formación, ambos tienen cuatro años de estar en la comunidad.  Ella considera que las dificultades de carácter y de todo tipo solo se  pueden llevar con el amor de Dios, “sin la comunidad quien sabe si  hubiéramos llegado a donde estamos” dice
 
 

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