lunes, 28 de junio de 2010

EJEMPLO DE SER HUMANO

Madre Teresa de Calcuta, símbolo de la compasión La historia de una mujer que no enseñó cuál es la verdadera esencia del amor, la compasión y la esperanza.
Fue conocida mundialmente por su labor humanitaria en India y galardonaad con el premio Nobel de la Paz en 1979

Madre Teresa de Calcuta nació como Agnes Gonxha Bojaxhiu, el 26 de agosto de 1910, en la ciudad de Skopje, Albania, actual República de Macedonia.
Ella fue la tercera y última hija del matrimonio que formaban Nikola Bojaxhiu y Drane Bernaj.
Nikola era un exitoso empresario de materiales de construcción, quien viajaba a todo lo ancho de Europa e incluso a países tan lejanos como Egipto. Era atractivo, vivaz y hablaba cinco idiomas. En las reuniones en su casa le gustaba contar historias sobre sus viajes por tierras exóticas. Tocaba en la banda municipal y era un activista de las artes y la política local. Financió el primer cine-teatro de Skopje y fue concejal del Ayuntamiento.
A Nikola le gustaba mimar a su hija más pequeña y la llamaba por su segundo nombre: Gonxha, que quiere decir en albanés "brote de flor". Toda la familia terminó llamándola de esa manera.
Drane Bernaj era ama de casa, amante esposa y devota madre. Profundamente religiosa, enseñaba a sus hijos a rezar y amar a Dios sobre todas las cosas.
Drane preparó a sus niños para que hicieran la Primera Comunión. A los 5 años de edad, Gonxha la tomó en la parroquia del Sagrado Corazón, recibiendo un año más tarde la Confirmación.
Los tres hijos asistían a la escuela pública elemental. Por las tardes, Drane los tenía bañados y vestidos para que recibieran a su padre para la cena, durante la cual conversaban, bromeaban y reían. Nikola le enseñó a Gonxha a tocar la mandolina y pasaban muy buenos ratos juntos.

En 1919, de repente la tragedia tocó la vida de la familia. Nikola regresó de Belgrado, de una reunión política, gravemente enfermo. De la estación de trenes lo trasladaron al hospital. Apenas hubo tiempo para que un sacerdote le suministrase la extremaunción, cuando murió.
La familia quedó devastada. Lazar, el segundo hijo, más tarde declararía:
-Mi padre solo tenía 45 años y gozaba de buena salud. Sus médicos y algunos familiares sospecharon que pudo haber sido envenenado por sus tendencias políticas.
Según la biógrafa Candice F. Ransom, autora del libro Mother Teresa, Drane abrió una tienda y bordaba todo tipo de piezas y textiles para sacar a sus hijos adelante. Aprendió a diseñar y a cortar por patrones, y cosía vestidos de novia y disfraces para festivales. Apenas tuvo suficiente dinero para sostener a los suyos, reanudó las visitas caritativas y Gonxha la acompañaba.
Ellas cuidaban a alguna vecina enferma. La lavaban e iban a alimentarla dos veces al día. También ayudaban a una viuda que tenía seis hijos. Si su madre tenía que trabajar, Gonxha iba sola. Drane llegó a hacerse cargo de un montón de niños huérfanos en su casa.
 Un día tocó a la puerta de su hogar una pobre mujer.
-¿Podrá darme algo de comer? -preguntó.
-Pase a cenar con nosotros  -la invitó Drane.
Gonxha pensó que era alguna parienta de la familia, pero su madre le aclaró luego que era una desconocida hambrienta y que no por ello debía ser rechazada o humillada.
Drane fue una gran inspiración para Gonxha. Años más tarde ella diría: "El hogar es donde está la madre".

A los 12 años, Gonxha asistía a las clases del Instituto del Sagrado Corazón y se comportaba obediente, seria y estudiosa.Ella y su hermana Aga poseían lindas voces y cantaban en el coro de la iglesia. A Gonxha le gustaba trabajar en la parroquia con su madre, recogiendo flores para los festivales y colgando banderas en los desfiles.
En el verano solían peregrinar al santuario de Nuestra Señora de Letnice, cerca de Skopje, y fue en esa época, a los 12 años, según Gonxha misma contó, que rezando a los pies de la Virgen experimentó por primera vez la llamada divina de pertenecer por completo a Dios. Ella fue discreta sobre los detalles de esa llamada, solo diría que no estaban relacionados con ningún tipo de visión o milagro.
A los 15 años, Gonxha se convirtió en miembro activo de la fraternidad para ni ñas de la Cofradía de la Santísima Virgen María, fundada por el padre jesuita Jambrekovic. Allí hizo los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola que incluían preguntas tales como: "¿Qué voy a hacer por Cristo?", que la retaban y le daban vueltas en la cabeza. A su vez, impartía clases de religión a las más jóvenes.

Cuando Gonxha tenía 18 años, era una excelente estudiante, con un fuerte interés en la escritura y, especialmente, en la poesía.
Un día, el padre Jambrekovic habló en la Cofradía sobre un grupo de misioneros jesuitas que estaban trabajando con los pobres en Bengala, India. El también compartió artículos de la revista Catholic Misions, que incluían cartas de los misioneros, donde describían las terribles condiciones en que vivían las comunidades a las cuales servían.
-Estas historias me conmueven demasiado -dijo Gonxha.
Fue en este momento que decidió convertirse en una monja misionera en ese país.
Según el biógrafo José Luis González-Balado en su libro Madre Teresa. Mi vida por los pobres, en una ocasión ella le pidió consejo a su guía espiritual:
-¿Cómo podré saber que Dios me llama y para qué?
 El sacerdote le respondió:
-Lo sabrás por tu felicidad interior. Si te sientes feliz por la idea de que Dios te llama para que lo sirvas a El y también al prójimo, eso será prueba de tu vocación.

Gonxha consiguió ser admitida en la casa de las Hermanas de Loreto, en Rathfarnham, cerca de Dublín, Irlanda.
El 26 de septiembre de 1928 ella dejó Skopje. Su madre y su hermana mayor Aga la acompañaron en tren hasta Zagreb, donde se despidieron entre lágrimas, sin imaginar que sería la última vez que se verían.
A principios de octubre, Gonxha llegó a Rathfarnham como postulanta, que es la primera etapa de capacitación para ser monja. Allí también estudió inglés, pues era el idioma utilizado para enseñar en Calcuta. India era colonia inglesa.
Gonxha comenzó a llamarse "Hermana Teresa" (por Santa Teresa de Lisieux).
Dos meses después la enviaron a Calcuta. Desembarcó en su puerto el 6 de enero de 1929, después de varias escalas.
Pocos días después la trasladaron a iniciar su noviciado en el convento de las Hermanas de Loreto, en Darjeeling, con unas vistas impresionantes y un clima fresco.
Además de religión, en el convento la novicia Teresa aprendió dos de los idiomas principales de India: el bengalí y el hindi. Impartía clases en la escuela local, y por un corto tiempo fue asignada a trabajar con el personal de enfermería.

La hermana Teresa hizo sus primeros votos religiosos como monja el 24 de mayo de 1931, y de acuerdo con los estatutos de Loreto, cambió su nombre de nacimiento como símbolo del comienzo de una nueva vida. Fue destinada a impartir clases en Santa María, el único convento católico para chicas que había en Calcuta y que sería su hogar por casi 20 años.
Atrás quedaban la paz y la belleza de las colinas de Darjeeling para enfrentarse con la caliente, húmeda y desesperadamente sobrepoblada Calcuta. Sus barriadas estaban llenas de chozas improvisadas, hechas de hojalata y cartón, de mendigos viviendo en las calles. Los niños vestían harapos y comían de la basura.
El convento Hermanas de Loreto en Entally, formado por un complejo de varios edificios, verde césped y campos deportivos, rodeado por muros, estaba al lado de uno de los tugurios más pobres de la ciudad.
Aunque casi nunca la Hermana Teresa salía de su recinto amurallado debido a las estrictas normas de su orden, todo lo que había visto afuera se le quedó profundamente grabado en el corazón.
Su hermano Lazar, quien estaba enrolado en el ejército albanés, cuestionó la elección religiosa de su hermana en una carta. Gonxha le contestó:
"Te crees que eres importante porque eres un oficial al servicio de un Rey con dos millones de personas. Bien, yo también soy una oficial, pero sirvo al Rey de todo el mundo. ¿Cuál de nosotros está en la mejor posición?".

Durante sus años en Entally, la Hermana Teresa fue admirada por su religiosa devoción y alegría, y por ser una excelente maestra de historia y geografía en la escuela Santa María. Las alumnas en su mayoría pertenecían a la clase media o a clases sociales más elevadas. En el orfanato vivían huérfanos locales. Una monja diría:
-Aunque todos usaban el mismo uniforme para borrar las diferencias de clases, en India no era fácil.
Su sistema de castas o clases sociales, tradicionalmente lo determina el tipo de trabajo que las personas hacen. Los brahmanes son sacerdotes, académicos y maestros. Los kshatriyas, gobernantes y guerreros. Los vaishyas, comerciantes y agricultores. Los sudras, trabajadores manuales. Los dalits, los marginados.
Todos los días, antes de comenzar su clase, la Hermana Teresa daba un ejemplo de igualdad barriendo y lavando el piso.
-Eso nos fascinaba a las estudiantes indias, porque ese tipo de trabajo lo hacían solo sirvientes de la casta más baja.
La Hermana Teresa supervisaba a los huérfanos en los recreos, durante las comidas y al acostarse. Ella también hacía que los alumnos que no tenían agua en sus casas, tomasen un baño diario.
Un día le pidieron que se convirtiese en directora de la escuela y ella escribió a su madre contándole este logro. Drane le contestó recordándole su vocación:
"Querida hija, no te olvides de que fuiste a India por el bien de los pobres".
Por las reglas del convento ella no podía salir a servir a la gente que más deseaba, a los pobres que estaban afuera, del otro lado de sus muros.
En mayo de 1937, tomó los votos finales. Tenía 26 años de edad y sería conocida durante el resto de su vida como Madre Teresa de Calcuta.

Muchos cambios se habían producido en India durante sus años de reclusión. El pueblo estaba descontento con su estatus colonial y un movimiento de independencia iba creciendo con fuerza. En la primera línea estaba Mahatma Gandhi. Había estudiado Leyes en Inglaterra y la discriminación racial lo llevó a establecer una nueva forma de activismo social nombrado satyagraha (resistencia no violenta).
En 1939, el resentimiento contra el poder británico se hizo aún más fuerte cuando el Parlamento de Inglaterra declaró el estado de guerra contra la Alemania nazi. Y como pasó en la Primera Guerra Mundial, los británicos arrastraron a sus colonias a la guerra sin pedirles su consentimiento.
Calcuta se convirtió en el centro de las operaciones militares británicas en India.
La guerra, combinada con otros dos desastres naturales en la cosecha invernal de arroz -un ciclón y una inundación-, más la imposibilidad de entregar otros alimentos de fuera, causaron la Gran Hambruna de 1943, que se estima causó la muerte de dos a cuatro millones de personas en India. Calcuta se llenó de cientos de miles de aldeanos y refugiados de guerra hambrientos.
El convento fue directamente afectado por la hambruna y, para colmo, a sus puertas dejaban cientos de bebés huérfanos.
En las calles había tiroteos, resonaba el estruendo de los tanques. A pesar de las normas establecidas por el convento, la Madre Teresa salió fuera de los muros de Loreto, arriesgándose para buscar alimentos.
Por todas partes había gente herida, retorciéndose o muerta. Apareció un jeep del ejército con sacos de arroz y Madre Teresa se abalanzó para tomar uno. Un soldado trató de impedírselo. Ella, una monja de estatura muy pequeña, se enfrentó al militar.
-Mis niños, mis estudiantes, mis huérfanos, cientos de ellos no tienen nada de comer y no los dejaré morir de hambre.
Milagrosamente, el soldado fue con ella al convento y descargó todos los sacos de arroz que llevaba.
Las cosas se complicaron. Los británicos convirtieron Loreto en un hospital para soldados. Y las monjas, estudiantes y huérfanos fueron forzados a trasladarse a otros lugares y ciudades. Madre Teresa fue ubicada en un edificio de Calcuta.

Cuando la guerra terminó, las Hermanas de Loreto regresaron a la seguridad de Entally. Pero no hubo paz en India. En las calles se vivía una pesadilla entre las facciones independentistas, los hindúes y los musulmanes. Los hombres subían los muros del convento para escapar de los disturbios. La Madre Teresa los ayudaba.
Margaret K. McEldery cuenta en el libro Mother Teresa que el 10 de septiembre de 1946, Madre Teresa iba en el tren a Darjeeling para su retiro de verano y escribió lo que le ocurrió: "De repente, sentí el llamado de Dios; una llamada dentro de la llamada. El mensaje fue claro. Tenía que dejar el convento y ayudar a los más pobres entre los pobres y vivir entre ellos. Era una orden y obedecí".
Esa fecha sería reconocida como el Día de la Inspiración.
Madre Teresa presentó su caso a sus superiores. Tendrían que estudiarlo. No fue hasta el 12 de abril de 1948 que la Madre General de Loreto en Rathfarnham y el Papa Pío XII le concedieron un permiso especial para dejar el convento sin renunciar a sus votos.
"Dejar Loreto fue mi mayor sacrificio, la cosa más difícil que he hecho", escribiría más tarde. "Fue mucho más difícil que dejar mi familia y mi país para entrar en la vida religiosa. Loreto, mi formación espiritual y mi trabajo, significaban todo para mí".
Ahora iba a enfrentar una nueva forma de vida impredecible, peligrosa y solitaria.
Necesitaba un nuevo hábito y eligió el sari de algodón blanco que en India es el color de los pobres, con unas franjas azul claro representando la modestia de María. Fijó una cruz de madera en su hombro izquierdo simbolizando a Cristo y calzó unas sandalias. Lo próximo era obtener una formación médica, porque mucha gente estaba enferma en las calles.

Destaca el biógrafo David Aikman, en su libro Great Souls, que Madre Teresa tomó en la estación de Calcuta el tren para Patna. Su destino: el Holy Family Hospital. Dirigido por las Hermanas Misioneras Médicas, era una orden dedicada al trabajo médico en el marco de un completo equipamiento hospitalario.
En los cuatro meses que pasó en Patna, Madre Teresa aprendió a identificar las enfermedades y a realizar los más simples procedimientos médicos. Ayudó en los partos, en cirugía y en técnicas de laboratorio. Estuvo con los médicos cuando atendían emergencias y les sujetaba amorosamente las manos de los enfermos.
Madre Teresa expresó su deseo de conseguir futuras ayudantes:
-Que vivan conmigo una vida muy espiritual, rezando mucho, con los más pobres entre los pobres, comiendo lo que ellos comen, solo arroz y sal.
Una hermana médica la corrigió:
-Si usted hace a sus hermanas comer solamente arroz y sal, cometerá un serio pecado. En corto tiempo esas jóvenes serán víctimas de la tuberculosis y morirán. Usted y ellas deberán comer bien, no comidas gourmet, pero sí alimentos nutritivos, descansar y mantenerse limpias para estar sanas y tener energía para ayudar a los pobres.
Madre Teresa supo que la doctora estaba en lo cierto y aceptó su consejo.
En diciembre regresó a Calcuta con menos de un dólar para compartir su vida con los pobres más pobres en las calles de la ciudad. Su nuevo trabajó comenzó con los niños descalzos, desnutridos y lisiados, que la siguieron al verla pasar, pidiéndole dinero.
Madre Teresa se detuvo y comenzó a escribir en bengalí en la tierra bajo sus pies.
Ellos se arremolinaron a su alrededor riendo fascinados. Así empezó su primera escuela, a la intemperie, sin libros, cuadernos, lápices, pizarrón ni pupitres. Todo eso vino después, cuando le ofrecieron una casa y muchas monjas vinieron en su ayuda.
-Estos pequeños milagros prueban que Dios estaba con mi misión -dijo.

Un día, Madre Teresa encontró a una anciana agonizando de hambre al lado de un hospital. La tomó entre sus brazos e intentó que la admitiesen en emergencia, pero no lo hicieron por ser pobre. La anciana murió en plena calle. Sus propósitos se afianzaron.
En el libro Evangelio de una santa, el biógrafo Pedro Arribas Sánchez cita estas palabras de Madre Teresa: "Mi comunidad son los pobres. Pero no hablo de los pobres en general, sino de los pobres más pobres. De aquellos a quienes nadie se acerca porque son contagiosos y están llenos de microbios y suciedad. De los que no van a rezar, porque les da vergüenza ir desnudos. De los que no comen, porque ya no les quedan fuerzas para hacerlo. De los que caen desplomados en las aceras porque están a punto de morir y, a cuyo lado, pasan los transeúntes sin volver la vista atrás. De los que han perdido ya toda esperanza y fe en la vida, de los alcohólicos, los drogadictos...".
Madre Teresa comenzó a ayudar a los leprosos, quienes eran considerados "los proscritos de la sociedad y la familia".

En 1950, Madre Teresa fundó la congregación llamada Misioneras de la Caridad, y su rama masculina Hermanos de la Caridad, en 1963. Los entrenamientos eran cortos, prácticos e intensos.
Todos las mañanas, Madre Teresa veía como los recogedores de basura se llevaban los cuerpos de personas que habían muerto durante la noche en los tugurios. Vio a muchos bebés tirados en los latones de basura.
Ella fue a entrevistarse con los oficiales del Gobierno y les dijo:
-Lo que Calcuta necesita es un lugar donde los moribundos puedan pasar sus últimas horas. Donde puedan morir con amor, consideración y dignidad.
El Gobierno le dio un templo hindú abandonado, al que empezaron a llamar la "Casa del moribundo".
En el año 1965, el Papa Pablo VI colocó a la congregación de Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a Madre Teresa a expandir su orden religiosa en otros países. Se abrieron centros en todas partes del mundo para atender a leprosos, ancianos, ciegos y enfermos de SIDA. Se fundaron escuelas y orfanatos. Madre Teresa de Calcuta se convirtió en la "Madre de los pobres". En una época marcada por la rebelión, ella defendió fuertemente la fidelidad al magisterio de la Iglesia, la santidad de la vida humana, la familia y la moral. Enseñó la verdadera dignidad de la mujer.
En una ocasión, un crítico le dijo que para terminar con la pobreza debería enseñarle a la gente a pescar en vez de darle el pescado. Ella le respondió:
-Las personas que yo ayudo no se pueden parar. No pueden sostener la caña. Yo les daré el alimento y después se los enviaré a usted para que les enseñe a pescar.
De los ricos dijo que los "hallaba muy pobres. A veces ellos también están muy solos por dentro. Siempre necesitan algo más. No digo que todos sean así".

En 1971, el Papa Pablo VI le concedió a Madre Teresa el premio de la Paz Juan XXIII. También recibió el premio Kennedy, en Estados Unidos, y otros más.
En 1979 recibió el premio Nobel de la Paz. El dinero que obtuvo lo donó a sus obras de caridad.  La "Madre de los pobres" era honrada con los máximos galardones por primeros ministros, reyes y mandatarios de todos los países. La reina Isabel II de Inglaterra se reunió con ella en Delhi y le otorgó la Insignia de la Orden al Mérito. Su voz era escuchada hasta en la Universidad de Cambridge, donde le dieron el doctorado honoris causa en Teología.
En 1991, Madre Teresa estuvo muy enferma de malaria y pulmonía.
En el libro Mother Teresa, Roger Royle y Gary Woods muestran una fotografía de la glamorosa princesa Diana de Inglaterra sosteniendo las manos de Madre Teresa. En una entrevista para una revista, esta dijo de Diana: "Ella es como una hija para mí".
Diana la admiraba y quería hacer algo por su causa. Esas dos mujeres tan distintas compartían una vocación muy marcada por ayudar a los necesitados.
El 31 de agosto de 1997, Diana falleció en un accidente automovilístico en París. Su muerte fue un duro golpe para Madre Teresa. No mucho después, el día 5 de septiembre, víspera del funeral de Diana en Inglaterra, Madre Teresa murió de un ataque al corazón en la Motherhouse de Calcuta, donde habían transcurrido las últimas semanas de su vida.
Su cuerpo fue expuesto en la Iglesia de Santo Tomás, para que sus cientos de miles de dolientes pudieran despedirla. El mundo entero exclamó: "Ha muerto una santa".
Seres de todas las religiones presentaron sus condolencias. Una cámara de televisión mostró una conmovedora escena: una niña llorosa decía: "Ha muerto mi madre".
A la muerte de Madre Teresa se habían consagrado 4,500 misioneras de la Caridad, y se habían establecido 610 fundaciones en 133 países del mundo, sostenidas por donaciones provenientes de personas de todas las clases sociales.
Madre Teresa también dejó un valioso legado de profundas poesías y de mensajes.

Madre Teresa de Calcuta y la princesa Diana


FIN
Debemos aclarar que el género de la novela biográfica no es un género puro. Tiene tanto de historia y realidad como de ficción y fantasía. La biografía tiene como mérito estudiar e historiar al personaje en su entorno real. Decir obligadamente la verdad lógica de los hechos. Sin embargo, el mérito de la novela es darle forma a la historia. El autor la adorna con su imaginación. Crea diálogos y presenta los personajes según su concepción personal

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