Madre Teresa de Calcuta, símbolo de la compasión         La historia de una mujer que no enseñó  cuál es la verdadera esencia del amor, la compasión y la esperanza.                     
 
      Madre Teresa de Calcuta nació  como Agnes Gonxha Bojaxhiu, el 26 de agosto de 1910, en la ciudad de  Skopje, Albania, actual República de Macedonia.
Ella fue la  tercera y última hija del matrimonio que formaban Nikola Bojaxhiu y  Drane Bernaj.
Nikola era un exitoso empresario de materiales de  construcción, quien viajaba a todo lo ancho de Europa e incluso a países  tan lejanos como Egipto. Era atractivo, vivaz y hablaba cinco idiomas.  En las reuniones en su casa le gustaba contar historias sobre sus viajes  por tierras exóticas. Tocaba en la banda municipal y era un activista  de las artes y la política local. Financió el primer cine-teatro de  Skopje y fue concejal del Ayuntamiento. 
A Nikola le gustaba  mimar a su hija más pequeña y la llamaba por su segundo nombre: Gonxha,  que quiere decir en albanés "brote de flor". Toda la familia terminó  llamándola de esa manera.
Drane Bernaj era ama de casa, amante  esposa y devota madre. Profundamente religiosa, enseñaba a sus hijos a  rezar y amar a Dios sobre todas las cosas.
Drane preparó a sus  niños para que hicieran la Primera Comunión. A los 5 años de edad,  Gonxha la tomó en la parroquia del Sagrado Corazón, recibiendo un año  más tarde la Confirmación.
Los tres hijos asistían a la escuela  pública elemental. Por las tardes, Drane los tenía bañados y vestidos  para que recibieran a su padre para la cena, durante la cual  conversaban, bromeaban y reían. Nikola le enseñó a Gonxha a tocar la  mandolina y pasaban muy buenos ratos juntos.
En 1919,  de repente la tragedia tocó la vida de la familia. Nikola regresó de  Belgrado, de una reunión política, gravemente enfermo. De la estación de  trenes lo trasladaron al hospital. Apenas hubo tiempo para que un  sacerdote le suministrase la extremaunción, cuando murió.
La  familia quedó devastada. Lazar, el segundo hijo, más tarde declararía:
-Mi padre solo tenía 45 años y gozaba de buena salud. Sus médicos y  algunos familiares sospecharon que pudo haber sido envenenado por sus  tendencias políticas.
Según la biógrafa Candice F. Ransom,  autora del libro Mother Teresa, Drane abrió una tienda y bordaba  todo tipo de piezas y textiles para sacar a sus hijos adelante. Aprendió  a diseñar y a cortar por patrones, y cosía vestidos de novia y  disfraces para festivales. Apenas tuvo suficiente dinero para sostener a  los suyos, reanudó las visitas caritativas y Gonxha la acompañaba.
Ellas cuidaban a alguna vecina enferma. La lavaban e iban a  alimentarla dos veces al día. También ayudaban a una viuda que tenía  seis hijos. Si su madre tenía que trabajar, Gonxha iba sola. Drane llegó  a hacerse cargo de un montón de niños huérfanos en su casa.
 Un  día tocó a la puerta de su hogar una pobre mujer.
-¿Podrá darme  algo de comer? -preguntó.
-Pase a cenar con nosotros  -la  invitó Drane.
Gonxha pensó que era alguna parienta de la  familia, pero su madre le aclaró luego que era una desconocida  hambrienta y que no por ello debía ser rechazada o humillada.
Drane  fue una gran inspiración para Gonxha. Años más tarde ella diría: "El  hogar es donde está la madre".
A los 12 años, Gonxha  asistía a las clases del Instituto del Sagrado Corazón y se comportaba  obediente, seria y estudiosa.Ella y su hermana Aga poseían lindas voces y  cantaban en el coro de la iglesia. A Gonxha le gustaba trabajar en la  parroquia con su madre, recogiendo flores para los festivales y colgando  banderas en los desfiles.
En el verano solían peregrinar al  santuario de Nuestra Señora de Letnice, cerca de Skopje, y fue en esa  época, a los 12 años, según Gonxha misma contó, que rezando a los pies  de la Virgen experimentó por primera vez la llamada divina de pertenecer  por completo a Dios. Ella fue discreta sobre los detalles de esa  llamada, solo diría que no estaban relacionados con ningún tipo de  visión o milagro.
A los 15 años, Gonxha se convirtió en miembro  activo de la fraternidad para ni ñas de la Cofradía de la Santísima  Virgen María, fundada por el padre jesuita Jambrekovic. Allí hizo los  ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola que incluían preguntas  tales como: "¿Qué voy a hacer por Cristo?", que la retaban y le daban  vueltas en la cabeza. A su vez, impartía clases de religión a las más  jóvenes.
Cuando Gonxha tenía 18 años, era una  excelente estudiante, con un fuerte interés en la escritura y,  especialmente, en la poesía.
Un día, el padre Jambrekovic habló  en la Cofradía sobre un grupo de misioneros jesuitas que estaban  trabajando con los pobres en Bengala, India. El también compartió  artículos de la revista Catholic Misions, que incluían cartas de  los misioneros, donde describían las terribles condiciones en que vivían  las comunidades a las cuales servían.
-Estas historias me  conmueven demasiado -dijo Gonxha.
Fue en este momento que  decidió convertirse en una monja misionera en ese país.
Según el  biógrafo José Luis González-Balado en su libro Madre Teresa. Mi vida  por los pobres, en una ocasión ella le pidió consejo a su guía  espiritual:
-¿Cómo podré saber que Dios me llama y para qué?
 El sacerdote le respondió:
-Lo sabrás por tu felicidad  interior. Si te sientes feliz por la idea de que Dios te llama para que  lo sirvas a El y también al prójimo, eso será prueba de tu vocación.
Gonxha consiguió ser admitida en la casa de las Hermanas  de Loreto, en Rathfarnham, cerca de Dublín, Irlanda.
El 26 de  septiembre de 1928 ella dejó Skopje. Su madre y su hermana mayor Aga la  acompañaron en tren hasta Zagreb, donde se despidieron entre lágrimas,  sin imaginar que sería la última vez que se verían.
A principios  de octubre, Gonxha llegó a Rathfarnham como postulanta, que es la  primera etapa de capacitación para ser monja. Allí también estudió  inglés, pues era el idioma utilizado para enseñar en Calcuta. India era  colonia inglesa.
Gonxha comenzó a llamarse "Hermana Teresa" (por  Santa Teresa de Lisieux).
Dos meses después la enviaron a  Calcuta. Desembarcó en su puerto el 6 de enero de 1929, después de  varias escalas.
Pocos días después la trasladaron a iniciar su  noviciado en el convento de las Hermanas de Loreto, en Darjeeling, con  unas vistas impresionantes y un clima fresco.
Además de  religión, en el convento la novicia Teresa aprendió dos de los idiomas  principales de India: el bengalí y el hindi. Impartía clases en la  escuela local, y por un corto tiempo fue asignada a trabajar con el  personal de enfermería.
La hermana Teresa hizo sus  primeros votos religiosos como monja el 24 de mayo de 1931, y de acuerdo  con los estatutos de Loreto, cambió su nombre de nacimiento como  símbolo del comienzo de una nueva vida. Fue destinada a impartir clases  en Santa María, el único convento católico para chicas que había en  Calcuta y que sería su hogar por casi 20 años.
Atrás quedaban la  paz y la belleza de las colinas de Darjeeling para enfrentarse con la  caliente, húmeda y desesperadamente sobrepoblada Calcuta. Sus barriadas  estaban llenas de chozas improvisadas, hechas de hojalata y cartón, de  mendigos viviendo en las calles. Los niños vestían harapos y comían de  la basura.
El convento Hermanas de Loreto en Entally, formado  por un complejo de varios edificios, verde césped y campos deportivos,  rodeado por muros, estaba al lado de uno de los tugurios más pobres de  la ciudad. 
Aunque casi nunca la Hermana Teresa salía de su  recinto amurallado debido a las estrictas normas de su orden, todo lo  que había visto afuera se le quedó profundamente grabado en el corazón.
Su hermano Lazar, quien estaba enrolado en el ejército albanés,  cuestionó la elección religiosa de su hermana en una carta. Gonxha le  contestó:
"Te crees que eres importante porque eres un oficial  al servicio de un Rey con dos millones de personas. Bien, yo también soy  una oficial, pero sirvo al Rey de todo el mundo. ¿Cuál de nosotros está  en la mejor posición?".
Durante sus años en Entally,  la Hermana Teresa fue admirada por su religiosa devoción y alegría, y  por ser una excelente maestra de historia y geografía en la escuela  Santa María. Las alumnas en su mayoría pertenecían a la clase media o a  clases sociales más elevadas. En el orfanato vivían huérfanos locales.  Una monja diría:
-Aunque todos usaban el mismo uniforme para  borrar las diferencias de clases, en India no era fácil.
Su  sistema de castas o clases sociales, tradicionalmente lo determina el  tipo de trabajo que las personas hacen. Los brahmanes son  sacerdotes, académicos y maestros. Los kshatriyas, gobernantes y  guerreros. Los vaishyas, comerciantes y agricultores. Los sudras,  trabajadores manuales. Los dalits, los marginados.
Todos  los días, antes de comenzar su clase, la Hermana Teresa daba un ejemplo  de igualdad barriendo y lavando el piso.
-Eso nos fascinaba a  las estudiantes indias, porque ese tipo de trabajo lo hacían solo  sirvientes de la casta más baja.
La Hermana Teresa supervisaba a  los huérfanos en los recreos, durante las comidas y al acostarse. Ella  también hacía que los alumnos que no tenían agua en sus casas, tomasen  un baño diario.
Un día le pidieron que se convirtiese en  directora de la escuela y ella escribió a su madre contándole este  logro. Drane le contestó recordándole su vocación:
"Querida  hija, no te olvides de que fuiste a India por el bien de los pobres".
Por las reglas del convento ella no podía salir a servir a la gente  que más deseaba, a los pobres que estaban afuera, del otro lado de sus  muros.
En mayo de 1937, tomó los votos finales. Tenía 26 años de  edad y sería conocida durante el resto de su vida como Madre Teresa de  Calcuta.
Muchos cambios se habían producido en India  durante sus años de reclusión. El pueblo estaba descontento con su  estatus colonial y un movimiento de independencia iba creciendo con  fuerza. En la primera línea estaba Mahatma Gandhi. Había estudiado Leyes  en Inglaterra y la discriminación racial lo llevó a establecer una  nueva forma de activismo social nombrado satyagraha (resistencia  no violenta).
En 1939, el resentimiento contra el poder  británico se hizo aún más fuerte cuando el Parlamento de Inglaterra  declaró el estado de guerra contra la Alemania nazi. Y como pasó en la  Primera Guerra Mundial, los británicos arrastraron a sus colonias a la  guerra sin pedirles su consentimiento.
Calcuta se convirtió en  el centro de las operaciones militares británicas en India.
La  guerra, combinada con otros dos desastres naturales en la cosecha  invernal de arroz -un ciclón y una inundación-, más la imposibilidad de  entregar otros alimentos de fuera, causaron la Gran Hambruna de 1943,  que se estima causó la muerte de dos a cuatro millones de personas en  India. Calcuta se llenó de cientos de miles de aldeanos y refugiados de  guerra hambrientos.
El convento fue directamente afectado por la  hambruna y, para colmo, a sus puertas dejaban cientos de bebés  huérfanos.
En las calles había tiroteos, resonaba el estruendo  de los tanques. A pesar de las normas establecidas por el convento, la  Madre Teresa salió fuera de los muros de Loreto, arriesgándose para  buscar alimentos.
Por todas partes había gente herida,  retorciéndose o muerta. Apareció un jeep del ejército con sacos  de arroz y Madre Teresa se abalanzó para tomar uno. Un soldado trató de  impedírselo. Ella, una monja de estatura muy pequeña, se enfrentó al  militar.
-Mis niños, mis estudiantes, mis huérfanos, cientos de  ellos no tienen nada de comer y no los dejaré morir de hambre.
Milagrosamente,  el soldado fue con ella al convento y descargó todos los sacos de arroz  que llevaba.
Las cosas se complicaron. Los británicos  convirtieron Loreto en un hospital para soldados. Y las monjas,  estudiantes y huérfanos fueron forzados a trasladarse a otros lugares y  ciudades. Madre Teresa fue ubicada en un edificio de Calcuta.
Cuando la guerra terminó, las Hermanas de Loreto regresaron a la  seguridad de Entally. Pero no hubo paz en India. En las calles se vivía  una pesadilla entre las facciones independentistas, los hindúes y los  musulmanes. Los hombres subían los muros del convento para escapar de  los disturbios. La Madre Teresa los ayudaba.
Margaret K.  McEldery cuenta en el libro Mother Teresa que el 10 de septiembre  de 1946, Madre Teresa iba en el tren a Darjeeling para su retiro de  verano y escribió lo que le ocurrió: "De repente, sentí el llamado de  Dios; una llamada dentro de la llamada. El mensaje fue claro. Tenía que  dejar el convento y ayudar a los más pobres entre los pobres y vivir  entre ellos. Era una orden y obedecí".
Esa fecha sería  reconocida como el Día de la Inspiración.
Madre Teresa presentó  su caso a sus superiores. Tendrían que estudiarlo. No fue hasta el 12 de  abril de 1948 que la Madre General de Loreto en Rathfarnham y el Papa  Pío XII le concedieron un permiso especial para dejar el convento sin  renunciar a sus votos.
"Dejar Loreto fue mi mayor sacrificio, la  cosa más difícil que he hecho", escribiría más tarde. "Fue mucho más  difícil que dejar mi familia y mi país para entrar en la vida religiosa.  Loreto, mi formación espiritual y mi trabajo, significaban todo para  mí".
Ahora iba a enfrentar una nueva forma de vida impredecible,  peligrosa y solitaria.
Necesitaba un nuevo hábito y eligió el  sari de algodón blanco que en India es el color de los pobres, con unas  franjas azul claro representando la modestia de María. Fijó una cruz de  madera en su hombro izquierdo simbolizando a Cristo y calzó unas  sandalias. Lo próximo era obtener una formación médica, porque mucha  gente estaba enferma en las calles.
Destaca el  biógrafo David Aikman, en su libro Great Souls, que Madre Teresa  tomó en la estación de Calcuta el tren para Patna. Su destino: el Holy  Family Hospital. Dirigido por las Hermanas Misioneras Médicas, era una  orden dedicada al trabajo médico en el marco de un completo equipamiento  hospitalario.
En los cuatro meses que pasó en Patna, Madre  Teresa aprendió a identificar las enfermedades y a realizar los más  simples procedimientos médicos. Ayudó en los partos, en cirugía y en  técnicas de laboratorio. Estuvo con los médicos cuando atendían  emergencias y les sujetaba amorosamente las manos de los enfermos.
Madre  Teresa expresó su deseo de conseguir futuras ayudantes:
-Que  vivan conmigo una vida muy espiritual, rezando mucho, con los más pobres  entre los pobres, comiendo lo que ellos comen, solo arroz y sal.
Una  hermana médica la corrigió:
-Si usted hace a sus hermanas comer  solamente arroz y sal, cometerá un serio pecado. En corto tiempo esas  jóvenes serán víctimas de la tuberculosis y morirán. Usted y ellas  deberán comer bien, no comidas gourmet, pero sí alimentos  nutritivos, descansar y mantenerse limpias para estar sanas y tener  energía para ayudar a los pobres.
Madre Teresa supo que la  doctora estaba en lo cierto y aceptó su consejo.
En diciembre  regresó a Calcuta con menos de un dólar para compartir su vida con los  pobres más pobres en las calles de la ciudad. Su nuevo trabajó comenzó  con los niños descalzos, desnutridos y lisiados, que la siguieron al  verla pasar, pidiéndole dinero.
Madre Teresa se detuvo y comenzó  a escribir en bengalí en la tierra bajo sus pies.
Ellos se  arremolinaron a su alrededor riendo fascinados. Así empezó su primera  escuela, a la intemperie, sin libros, cuadernos, lápices, pizarrón ni  pupitres. Todo eso vino después, cuando le ofrecieron una casa y muchas  monjas vinieron en su ayuda.
-Estos pequeños milagros prueban  que Dios estaba con mi misión -dijo.
Un día, Madre  Teresa encontró a una anciana agonizando de hambre al lado de un  hospital. La tomó entre sus brazos e intentó que la admitiesen en  emergencia, pero no lo hicieron por ser pobre. La anciana murió en plena  calle. Sus propósitos se afianzaron.
En el libro Evangelio  de una santa, el biógrafo Pedro Arribas Sánchez cita estas palabras  de Madre Teresa: "Mi comunidad son los pobres. Pero no hablo de los  pobres en general, sino de los pobres más pobres. De aquellos a quienes  nadie se acerca porque son contagiosos y están llenos de microbios y  suciedad. De los que no van a rezar, porque les da vergüenza ir  desnudos. De los que no comen, porque ya no les quedan fuerzas para  hacerlo. De los que caen desplomados en las aceras porque están a punto  de morir y, a cuyo lado, pasan los transeúntes sin volver la vista  atrás. De los que han perdido ya toda esperanza y fe en la vida, de los  alcohólicos, los drogadictos...".
Madre Teresa comenzó a ayudar a  los leprosos, quienes eran considerados "los proscritos de la sociedad y  la familia".
En 1950, Madre Teresa fundó la  congregación llamada Misioneras de la Caridad, y su rama masculina  Hermanos de la Caridad, en 1963. Los entrenamientos eran cortos,  prácticos e intensos.
Todos las mañanas, Madre Teresa veía como  los recogedores de basura se llevaban los cuerpos de personas que habían  muerto durante la noche en los tugurios. Vio a muchos bebés tirados en  los latones de basura.
Ella fue a entrevistarse con los  oficiales del Gobierno y les dijo:
-Lo que Calcuta necesita es  un lugar donde los moribundos puedan pasar sus últimas horas. Donde  puedan morir con amor, consideración y dignidad.
El Gobierno le  dio un templo hindú abandonado, al que empezaron a llamar la "Casa del  moribundo".
En el año 1965, el Papa Pablo VI colocó a la  congregación de Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y  autorizó a Madre Teresa a expandir su orden religiosa en otros países.  Se abrieron centros en todas partes del mundo para atender a leprosos,  ancianos, ciegos y enfermos de SIDA. Se fundaron escuelas y orfanatos.  Madre Teresa de Calcuta se convirtió en la "Madre de los pobres". En una  época marcada por la rebelión, ella defendió fuertemente la fidelidad  al magisterio de la Iglesia, la santidad de la vida humana, la familia y  la moral. Enseñó la verdadera dignidad de la mujer.
En una  ocasión, un crítico le dijo que para terminar con la pobreza debería  enseñarle a la gente a pescar en vez de darle el pescado. Ella le  respondió:
-Las personas que yo ayudo no se pueden parar. No  pueden sostener la caña. Yo les daré el alimento y después se los  enviaré a usted para que les enseñe a pescar.
De los ricos dijo  que los "hallaba muy pobres. A veces ellos también están muy solos por  dentro. Siempre necesitan algo más. No digo que todos sean así".
En 1971, el Papa Pablo VI le concedió a Madre Teresa el premio de  la Paz Juan XXIII. También recibió el premio Kennedy, en Estados Unidos,  y otros más.
En 1979 recibió el premio Nobel de la Paz. El  dinero que obtuvo lo donó a sus obras de caridad.  La "Madre de los  pobres" era honrada con los máximos galardones por primeros ministros,  reyes y mandatarios de todos los países. La reina Isabel II de  Inglaterra se reunió con ella en Delhi y le otorgó la Insignia de la  Orden al Mérito. Su voz era escuchada hasta en la Universidad de  Cambridge, donde le dieron el doctorado honoris causa en Teología.
En  1991, Madre Teresa estuvo muy enferma de malaria y pulmonía. 
En  el libro Mother Teresa, Roger Royle y Gary Woods muestran una  fotografía de la glamorosa princesa Diana de Inglaterra  sosteniendo las manos de Madre Teresa. En una entrevista para una  revista, esta dijo de Diana: "Ella es como una hija para mí".
Diana  la admiraba y quería hacer algo por su causa. Esas dos mujeres tan  distintas compartían una vocación muy marcada por ayudar a los  necesitados. 
El 31 de agosto de 1997, Diana falleció en un  accidente automovilístico en París. Su muerte fue un duro golpe para  Madre Teresa. No mucho después, el día 5 de septiembre, víspera del  funeral de Diana en Inglaterra, Madre Teresa murió de un ataque al  corazón en la Motherhouse de Calcuta, donde habían transcurrido las  últimas semanas de su vida. 
Su cuerpo fue expuesto en la  Iglesia de Santo Tomás, para que sus cientos de miles de dolientes  pudieran despedirla. El mundo entero exclamó: "Ha muerto una santa".
Seres de todas las religiones presentaron sus condolencias. Una  cámara de televisión mostró una conmovedora escena: una niña llorosa  decía: "Ha muerto mi madre". 
A la muerte de Madre Teresa se  habían consagrado 4,500 misioneras de la Caridad, y se habían  establecido 610 fundaciones en 133 países del mundo, sostenidas por  donaciones provenientes de personas de todas las clases sociales. 
Madre  Teresa también dejó un valioso legado de profundas poesías y de  mensajes. 
 
 FIN
  Debemos aclarar que el género de la  novela biográfica no es un género puro. Tiene tanto de historia y  realidad como de ficción y fantasía. La biografía tiene como mérito  estudiar e historiar al personaje en su entorno real. Decir  obligadamente la verdad lógica de los hechos. Sin embargo, el mérito de  la novela es darle forma a la historia. El autor la adorna con su  imaginación. Crea diálogos y presenta los personajes según su concepción  personal
 
 

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