Hay una teoría según la cual no sufrimos por amor, sino por vacíos no  resueltos de cuando éramos más pequeños. El psicólogo Horacio Valsecia  opinó que “Es absolutamente imposible sufrir por amor, se sufre por  carencias y heridas emocionales de la infancia”. 
Piénsalo bien. Tal vez no estés sufriendo ni hayas sufrido por amor, verdaderamente.  Sí por no ver tus sueños cumplidos, los que imaginaste desde hace años.  Por aguantar tratos que no mereces, para salvar la pareja.  Por querer  que cierta persona te considere de una manera especial, o te elija como  compañera (o compañero) de vida, y no lo has logrado. Enfocar lo que  realmente causa un problema es muy útil para poder solucionarlo y  empezar a dejar atrás el dolor que provoca.
Si estás en una pareja que te produce insatisfacciones, en algún  momento la elegiste, por alguna razón. Conocer esta razón te permitirá  sanar lo que sea necesario. Si crees que amar demasiado, aunque no te  valoren y te hieran, es la forma de relacionarse en una pareja,  primeramente precisarías cambiar esta creencia dañina para aspirar a un  vínculo de pareja más sano.
Asimismo, si has dejado mucho de lado por estar con alguien o te  hallas en una relación que no te hace feliz, lo importante es que bucees  dentro de ti para ver por qué estás con esta persona, qué repites de tu  historia familiar, qué obtienes en realidad. La solución no está en el  otro (“el problema es que me grita, no me presta atención, no me da  lo que preciso”) sino en ti mismo.  No estoy diciendo que sea  sencillo modificar este tipo de vinculación, hacerte cargo de tu propia  vida y dejar el sufrimiento atrás. Lo que sí digo es que es  posible y vale la pena.
 
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario