Maravillosas plantas raras con características físicas poco comunes. Muchas de estas son plantas medicinales  o  curativas  que
 favorecen al buen estado salud y contrarrestan las enfermedades. 
También son maravillosas plantas raras por sus espectaculares formas, la
 mayoría de estas son  plantas con flores   que las hacen ver aún más hermosas.
12. Ajenjo.
Es una de las maravillosas plantas rara porque ha 
 sido llamada "madre de todas las hierbas", dadas sus aplicaciones 
curativas. Es El ajenjo tiene propiedades medicinales es un digestivo y 
antiácido. Es aperitiva, vermífuga y regulariza las menstruaciones 
atrasadas.
 
 11. Belladona.
 Estas maravillosas plantas raras han sido objeto de creencias, leyendas
 y fábulas de todo tipo. Su nombre deriva del uso doméstico que hacían 
las damas italianas, que se frotaban un fruto de belladona debajo de los
 ojos para que la mujer luciera hermosa.
11. Belladona.
 Estas maravillosas plantas raras han sido objeto de creencias, leyendas
 y fábulas de todo tipo. Su nombre deriva del uso doméstico que hacían 
las damas italianas, que se frotaban un fruto de belladona debajo de los
 ojos para que la mujer luciera hermosa.
 
 10. Yagé.
Estas
 maravillosas plantas raras son una especie de enredadera que crece en 
torno a otros árboles. El injerir la bebida de esta planta causa 
alucinaciones y revelaciones del futuro.
10. Yagé.
Estas
 maravillosas plantas raras son una especie de enredadera que crece en 
torno a otros árboles. El injerir la bebida de esta planta causa 
alucinaciones y revelaciones del futuro.
 
 
 9. Chamico.
Crecen
 todo el mundo y sobre todo en los climas calurosos y tropicales. Ha 
sido utilizada en todos los lugares donde se encuentra presente, tanto 
en diferentes rituales de iniciación como en diferentes formas de 
shamanismo. Sirve como anestésico y alucinógeno.
9. Chamico.
Crecen
 todo el mundo y sobre todo en los climas calurosos y tropicales. Ha 
sido utilizada en todos los lugares donde se encuentra presente, tanto 
en diferentes rituales de iniciación como en diferentes formas de 
shamanismo. Sirve como anestésico y alucinógeno.
 
 8. Efedra.
 Es una de las maravillosas plantas raras arbustivas y bulbosas 
encontrada en regiones del desierto a través del mundo. Su principal 
propiedad medicinal es la de aliviar ataques de asma; actúa como 
broncodilatador, aumenta el caudal respiratorio, estimula el corazón 
pero puede aumentar la presión sanguínea.
8. Efedra.
 Es una de las maravillosas plantas raras arbustivas y bulbosas 
encontrada en regiones del desierto a través del mundo. Su principal 
propiedad medicinal es la de aliviar ataques de asma; actúa como 
broncodilatador, aumenta el caudal respiratorio, estimula el corazón 
pero puede aumentar la presión sanguínea.
 

7. Sinicuichi. Es una de las maravillosas plantas raras utilizadas para la adivinación para los curanderos y shamanes mexicanos. Invoca un estado de relajación, aumento de la memoria y distorsiones auditivas.
 

6. Wild Dagga. Las hojas se utilizan para hacer un té medicinal de caracter hipnótico. También se utilizan las hojas o raíces como un remedio para la mordedura de serpiente y otras picaduras. Esta maravillosas plantas raras son importantes en la medicina china/vietnamita, utilizada como eufórico, purgante y vermífugo.
 

5. Peyote. Estas maravillosas plantas raras son nativas del desierto de Chihuahua. Sigue siendo hoy en día la planta sagrada que rige la vida espiritual de los huicholes. En la actualidad es amenazada por la gran depredación que ha sufrido en su ambiente natural.
 

4. Hierba de los gatos o Catnip. Tanto sus hojas como sus flores son utilizadas medicinalmente. Es nativa de Europa, y se ha hecho famosa por inducir un estado delirante. Esta una de las maravillosas plantas raras que puede mejorar el sueño, relaja los músculos y controla los miedos.
 

3. Hydnora africana. Es una de las maravillosas plantas raras por ser curiosa y colorida. Es una planta parásita que es originaria del continente africano. Esta planta crece bajo tierra, expandiéndose debajo de la superficie para solamente asomar lo que podemos ver: una hermosa flor de color rojo que es en realidad.
 

2. Welwitschia mirabilis. Se trata de una de las maravillosas plantas desértica que cuenta con características morfológicas muy peculiares. La planta logra sobrevivir en este hostil clima desértico gracias a unas estructuras de sus hojas que hacen posible que extraiga el rocío nocturno del desierto.
 
 1. Aro gigante.
 Es una de las maravillosas plantas raras por la particularidad de su 
flor, ya que es la más grande del mundo: la flor de cadáver.Durante su 
crecimiento emite un olor fétido a carne podrida, el cual sirve para 
atraer insectos polinizadores que intercambiarán polen para su 
reproducción.
1. Aro gigante.
 Es una de las maravillosas plantas raras por la particularidad de su 
flor, ya que es la más grande del mundo: la flor de cadáver.Durante su 
crecimiento emite un olor fétido a carne podrida, el cual sirve para 
atraer insectos polinizadores que intercambiarán polen para su 
reproducción.
 11. Belladona.
 Estas maravillosas plantas raras han sido objeto de creencias, leyendas
 y fábulas de todo tipo. Su nombre deriva del uso doméstico que hacían 
las damas italianas, que se frotaban un fruto de belladona debajo de los
 ojos para que la mujer luciera hermosa.
11. Belladona.
 Estas maravillosas plantas raras han sido objeto de creencias, leyendas
 y fábulas de todo tipo. Su nombre deriva del uso doméstico que hacían 
las damas italianas, que se frotaban un fruto de belladona debajo de los
 ojos para que la mujer luciera hermosa. 10. Yagé.
Estas
 maravillosas plantas raras son una especie de enredadera que crece en 
torno a otros árboles. El injerir la bebida de esta planta causa 
alucinaciones y revelaciones del futuro.
10. Yagé.
Estas
 maravillosas plantas raras son una especie de enredadera que crece en 
torno a otros árboles. El injerir la bebida de esta planta causa 
alucinaciones y revelaciones del futuro.
7. Sinicuichi. Es una de las maravillosas plantas raras utilizadas para la adivinación para los curanderos y shamanes mexicanos. Invoca un estado de relajación, aumento de la memoria y distorsiones auditivas.

6. Wild Dagga. Las hojas se utilizan para hacer un té medicinal de caracter hipnótico. También se utilizan las hojas o raíces como un remedio para la mordedura de serpiente y otras picaduras. Esta maravillosas plantas raras son importantes en la medicina china/vietnamita, utilizada como eufórico, purgante y vermífugo.
5. Peyote. Estas maravillosas plantas raras son nativas del desierto de Chihuahua. Sigue siendo hoy en día la planta sagrada que rige la vida espiritual de los huicholes. En la actualidad es amenazada por la gran depredación que ha sufrido en su ambiente natural.

4. Hierba de los gatos o Catnip. Tanto sus hojas como sus flores son utilizadas medicinalmente. Es nativa de Europa, y se ha hecho famosa por inducir un estado delirante. Esta una de las maravillosas plantas raras que puede mejorar el sueño, relaja los músculos y controla los miedos.

3. Hydnora africana. Es una de las maravillosas plantas raras por ser curiosa y colorida. Es una planta parásita que es originaria del continente africano. Esta planta crece bajo tierra, expandiéndose debajo de la superficie para solamente asomar lo que podemos ver: una hermosa flor de color rojo que es en realidad.

2. Welwitschia mirabilis. Se trata de una de las maravillosas plantas desértica que cuenta con características morfológicas muy peculiares. La planta logra sobrevivir en este hostil clima desértico gracias a unas estructuras de sus hojas que hacen posible que extraiga el rocío nocturno del desierto.
 1. Aro gigante.
 Es una de las maravillosas plantas raras por la particularidad de su 
flor, ya que es la más grande del mundo: la flor de cadáver.Durante su 
crecimiento emite un olor fétido a carne podrida, el cual sirve para 
atraer insectos polinizadores que intercambiarán polen para su 
reproducción.
1. Aro gigante.
 Es una de las maravillosas plantas raras por la particularidad de su 
flor, ya que es la más grande del mundo: la flor de cadáver.Durante su 
crecimiento emite un olor fétido a carne podrida, el cual sirve para 
atraer insectos polinizadores que intercambiarán polen para su 
reproducción.
Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
mi juventud, adiós!
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/27-08-2012/340767. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
mi juventud, adiós!
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Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
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Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
mi juventud, adiós!
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Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
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Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
mi juventud, adiós!
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Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
mi juventud, adiós!
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Nocturno
¡Pues bien! Yo necesito decirte que te adoro, decirte que te quiero con 
todo el corazón.
Que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo 
tanto  al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi 
última ilusión.
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido de
 tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que 
están mis noches negras, tan negras y sombrías que ya no sé ni dónde se 
alzaba el porvenir.
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo 
quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada 
las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi
 alma a aparecer.
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos
 no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos 
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te 
quiero mucho más.
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y
 hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, 
¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida? ¿Qué quieres tu que yo 
haga con este corazón?
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu 
velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando 
las antorchas, humeando el incensario, y abierta allá a lo lejos la 
puerta del hogar.
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre
 y amándonos los dos; tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho, los 
dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi 
madre como un Dios!
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida! ¡Qué dulce y bello el 
viaje por una tierra así!
Y yo soñaba en eso, mi santa prometida; y al delirar en ello con alma 
estremecida, pensaba yo en ser bueno por ti, no mas por ti.
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi 
esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo 
mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en
 sus besos cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza… mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo
 que existe entre los dos, ¡Adiós por la vez última, amor de mis amores;
  la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores; mi lira de poeta, 
mi juventud, adiós!
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