jueves, 21 de febrero de 2013

GENTE QUE VIVE EN LAS CALLES

“A la cita ha venido hecho un pincel, afeitadito y muy bien arreglado. Es sólo un niño de 22 años y por circunstancias que no vienen al caso se ha visto en la necesidad de solicitar un albergue en nuestra “bonita” ciudad. Digo bien bonita porque parece más importante la belleza que la humanidad en estos tiempos de crisis.”
“Olvidando que mañana pueden ser ellos a los que la vida les de un revés. Nadie busca dormir en la calle. Nadie quiere tener que recurrir a un albergue. Todos soñamos con el calor de un hogar donde alguien nos espere al caer la noche. Por todos ellos y ellas por favor un albergue ya. Dormir y asearse es una primera necesidad y no puede esperar”.
“Con mucha magia me ha contado los últimos acontecimientos que han ocurrido en su vida para acabar durmiendo en la calle. Ha ido de un sitio a otro buscando albergues de una lista que muy amablemente le han facilitado las trabajadoras sociales, pero se ha topado con que como mucho puede dormir dos días y las listas de espera son de 15 días. Pues nada, toca dormir al raso en los ‘bonitos’ parques de Vigo”.
“Ángel sueña con un trabajo y tener un piso donde vivir para no tener que deber favores a nadie. De vez en cuando coquetea con las drogas para evadirse de la mierda de vida que le ha tocado (como hacen miles de jóvenes cuyos padres parecen no darse por enterados). Se siente incomprendido y solo. Es guapo, muy inteligente, educado y cuando hablas con él las horas se pasan volando”.
“Me puse en contacto con él para echarle una mano y no dejar que haga de la calle su casa. Tiene toda la vida por delante. Los problemas en los que se pueda meter ahora pueden marcar para siempre el futuro incierto que le espera. Tiene familia aunque no tienen buena relación entre sí, seguramente porque no coinciden en la forma de ver la vida. A esa edad uno piensa que se va a comer el mundo y se encuentra con que el mundo con un apetito feroz se va comiendo a la humanidad”.
“Hoy Ángel necesita un albergue para dormir, mañana será Pedro, Manuel, Rosa o Susana… Pero ya hay muchos ángeles que están en la calle, muchos llevan años durmiendo al raso, en la soledad de la noche y como único abrigo un cartón. Al día siguiente se despertarán con el ruido de la gente al pasar, mirándolos como si fueran seres de otro planeta”.

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