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GENTE QUE VIVE  EN  LAS  CALLES
“A la cita ha venido hecho un pincel, afeitadito y muy 
bien arreglado. Es sólo un niño de 22 años y por circunstancias que no 
vienen al caso se ha visto en la necesidad de solicitar un albergue en 
nuestra “bonita” ciudad. Digo bien bonita porque parece más importante 
la belleza que la humanidad en estos tiempos de crisis.”
“Olvidando que mañana pueden ser ellos a los que la vida 
les de un revés. Nadie busca dormir en la calle. Nadie quiere tener que 
recurrir a un albergue. Todos soñamos con el calor de un hogar donde 
alguien nos espere al caer la noche. Por todos ellos y ellas por favor 
un albergue ya. Dormir y asearse es una primera necesidad y no puede 
esperar”.
“Con mucha magia me ha contado los últimos acontecimientos que han 
ocurrido en su vida para acabar durmiendo en la calle. Ha ido de un 
sitio a otro buscando albergues de una lista que muy amablemente le han 
facilitado las trabajadoras sociales, pero se ha topado con que como 
mucho puede dormir dos días y las listas de espera son de 15 días. Pues 
nada, toca dormir al raso en los ‘bonitos’ parques de Vigo”.
“Ángel sueña con un trabajo y tener un piso donde vivir para no tener
 que deber favores a nadie. De vez en cuando coquetea con las drogas 
para evadirse de la mierda de vida que le ha tocado (como hacen miles de
 jóvenes cuyos padres parecen no darse por enterados). Se siente 
incomprendido y solo. Es guapo, muy inteligente, educado y cuando hablas
 con él las horas se pasan volando”.
“Me puse en contacto con él para echarle una mano y no dejar que haga
 de la calle su casa. Tiene toda la vida por delante. Los problemas en 
los que se pueda meter ahora pueden marcar para siempre el futuro 
incierto que le espera. Tiene familia aunque no tienen buena relación 
entre sí, seguramente porque no coinciden en la forma de ver la vida. A 
esa edad uno piensa que se va a comer el mundo y se encuentra con que el
 mundo con un apetito feroz se va comiendo a la humanidad”.
“Hoy Ángel necesita un albergue para dormir, mañana será Pedro, 
Manuel, Rosa o Susana… Pero ya hay muchos ángeles que están en la calle,
 muchos llevan años durmiendo al raso, en la soledad de la noche y como 
único abrigo un cartón. Al día siguiente se despertarán con el ruido de 
la gente al pasar, mirándolos como si fueran seres de otro planeta”.
 
 
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
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