-  Si estuvieras en el mundo mágico de tus fantasias, quizá el amor  primaría sobre todas las cosas, pero cuando estás en el mundo real, hay  algo más que flores, dulces y muchos colores. La vida se rige en base a  transacciones, el maldito dinero, las ilusiones, las dificultades y  relaciones. Por lo mismo, cuando se habla de amor en el mundo real, de  qué precisamente estan hablando. Cuando formas un vínculo con otra  persona, no sólo importan los afectos, sino también las dinámicas, el  compromiso, la seriedad y lo que estás dispuesto a ceder de tu persona.  Entonces, al mezclar el amor y las relaciones, qué realmente deberías  esperar, porque algunos creen que sería la mezcla perfecta, mientras  otros creen que es una real estupidez. Al estar juntos, tuvimos nuestros  momentos felices como salir, conversar, la confianza y la compañía,  pero también vivimos nuestros momentos malos como peleas, las  diferencias irreconciliables y la fuerte personalidad. Pero hay un  conflicto que sigue dando vueltas, a pesar de haber terminado la  relación, y es que hacer negocios con tu pareja, realmente te lleva a la  miseria. Algunos dicen que mezclar a dos personas con un poco de amor,  es un complemento perfecto, mientras que otros piensan que es una  estupidez, pero lo que si es una estupidez es mezclar negocios con el  placer, ya que es una mezcla que puede explotarte justo en el rostro. Y  durante cinco años fuimos jugando un juego que poco a poco fuimos  tomando en serio. Caminamos largos tramos, luego terminábamos, volvíamos  a caminar, porque más que justo, lo sentíamos necesario. Aun ya pasado  un mes de haber roto la relación, el vínculo seguía merodeando cerca.  Creo que el haber pensado que podíamos ser amigos, ahora me pesa un  poco, pero no porque no lo quiera, sino por lo difícil que es romper un  vínculo para formar uno totalmente nuevo, y ahora yo me llego a  preguntar, ¿será realmente posible? Todos miraron excepticos ante tal  posibilidad, y es que lo normal es que una pareja una vez ya terminada  su relación, se manden lejos, pero cuando se trata de nosotros, creo que  debes pensar, qué es mejor: sacarlo totalmente de mi vida o mantenerlo,  a pesar de los conflictos y los obstáculos que puedan existir. Al fin y  al cabo, es nuestra relación, sea cual sea, de la que estamos hablando,  y si creo que vale la pena mantenerlo en mi vida, entonces que así sea.  Pero nuevos obstáculos surgen, sobre todo cuando tratamos de mantener  una conversación, porque pareciera que él es el problema, cuando en  realidad yo lo soy. Cuando terminas una relación, necesitas espacio y  tiempo para curar las heridas, pero cómo hacerlo cuando estás viviendo  con tu ex. Supongo que el estado de nuestra relación fácilmente pasa de  “complicado” a casi imposible. Cuando dicen que tus seres queridos  pueden ser tu sustento, creo que no están tan alejados de la realidad,  porque de ser un sustento, ligeramente se van volviendo un soporte que  te mantiene en equilibrio, a pesar de quitártelo en ciertas situaciones,  pero como ya lo he dicho antes, no todo es perfecto. Desde que mi ex se  fue a vivir junto a mí para formar una relación, hicimos una clase de  pacto en la que nos apoyaríamos siempre, aunque este apoyo se nos fue de  las manos, sobre todo cuando entraron en juego las cuentas de la casa.  Cuando tratas de entablar un balance en tu vida, hay un par de cosas que  siempre debes recordar hacer y no hacer. Si quieres llevar una relación  relajada, entonces, aunque más lo quieras y necesites, no lo invites a  vivir contigo, sobre todo si la relación no es lo suficientemente seria,  es decir, hasta oir campanas de boda. Otra de las cosas que debes  recordar hacer es reflexionar sobre lo seria que puede llegar a ser tu  relación, y es que aunque lo tengas todo seguro, aun así puedes cambiar  de opinión en el camino, y no ayuda en nada cuando vives con tu pareja. Y  por último, algo que debes tener en cuenta, es que a menos que estés  casado, jamás debes compartir bienes con tu pareja, sobre todo si no  estás casado, porque es ahí cuando las cosas se complican al grado de  que las cosas pueden volverse realmente feas. Sin embargo, por más que  trates de mantener algunas normas, reglas, costumbres y tradiciones en  tu relación, no es seguro que funcionara, porque la mezcla entre amor y  relación esconde un truco bajo la manga, y es que realmente no importa  que todo esté fríamente calculado, ya que los afectos se filtran  rápidamente y parecen confundir los pactos que se hayan hecho con  anterioridad. Puede que se hayan comprometido a estar juntos toda la  vida, pero esto se rompe cuando dejas de amar a la otra persona.  Ligeramente la promesa se rompe, y aunque consideren que no cumples tu  promesa, algunas veces es mejor romperlas, antes de seguir haciéndole  daño no sólo a él, sino también a ti mismo. Se juraron no hacerse daño,  pero el nunca rápidamente tiñe las razones y por más que trates, es  complicado no dañar a la otra persona, sobre todo cuando tus actos y los  suyos llegan a afectar a ambos. Se juraron amor eterno, y puede que el  amor sea eterno, pero cuando se mezcla con una relación, más la otra  persona, es cuando lo eterno encuentra lo finito. Cuando estás con tu  pareja, poco importan los pactos, los compromisos o los juramentos,  porque en algún momento determinado, han de romperse, y es ahí cuando  entra en juego el cuestionamiento, el pensar que quizá las cosas no eran  tan solidas como uno pensó. Pero ni los juramentos ni las promesas  fueron hechas para existir eternamente, porque al terminar una relación,  también llegas a romper el vínculo que tenías con esa persona, y es  hora de entablar nuevas reglas, normas y tradiciones. Hay que pensar que  son dos mundos completamente distintos, en los que algunos se fusionan,  otros simplemente se unen y otros luchan al unirse. Entonces cuando  esto ocurre, tratas de ajustar las cosas para complementarse, luchas  para adaptarte a las nuevas situaciones. Y cuando rompes, luchas aun  más, porque es un vacio que has de llenar, aun cuando sus mundos habían  logrado unirse y complementarse. Pero tiempo y distancia después, es  hora de crear nuevas tradiciones y reglas en la vida, aunque puede que  no sirvan de mucho cuando vives al máximo. A final de cuentas, no es  posible mantener un pacto toda la eternidad, aunque el amor que  profesabas decía ser eterno, pero llegas a la finitud cuando no puedes  seguir manteniendo una relación con aquella persona que parece tan  querida, pero los motivos y razones del rompimiento lo hacen casi  imposible, y así caes en un abismo del que ni tu sabes cómo llegaste,  mucho menos cómo salir. Aunque hay un pacto, un juramento que no  necesariamente hice con el dedo meñique, y es que también está  fundamentado con mis afectos, y es que por más que duela o sea  complicado, dije que estaría a su lado, a pesar de las diferencias  irreconciliables, de las peleas y de los negocios miserables que  dificultan la relación. Pero también hay que tener presente que una  relación debe romperse para dar sentido a una nueva. Supongo que ocurre  lo mismo con el vínculo que guardamos en nuestro interior. Ahora no  jurare no herirte, porque de seguro lo hare, ni mucho menos amarte hasta  el resto de mis días, porque quizá no podrá ser posible, pero si  prometo que no soltare tu mano, por ningún motivo, porque yo soy el  hombre que te amó, y es ahí cuando la magia del amor completa su truco y  dulcemente se hace eterno
lunes, 3 de enero de 2011
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