Se dice de Alejandro Magno que antes de morir les dijo a sus hombres: -Cuando paseéis mi cadáver por las calles dejad que mis dos manos se vean colgando. No las cubráis. Eso era algo extraño, nadie era llevado de esa forma. La gente de su corte no pudo comprenderle y por eso le preguntó: -¿Qué quieres decir? Eso no es lo acostumbrado. Se suele tapar todo el cuerpo… ¿Por qué quieres que tus dos manos sobresalgan? Alejandro les replicó: -Quiero que se sepa que he muerto con las manos vacías. Todo el mundo ha de verlo; nadie debería tratar de ser otro Alejandro. He ganado mucho y no obstante no he ganado nada. Mi reino es grande, pero todavía soy pobre.
Para reflexionar:
Mueres como un mendigo aun siendo un emperador; entonces todo se ve como un sueño. De la misma manera que por la mañana el sueño es roto, la condición de emperador desaparece, todos los reinos desaparecen. Entonces la muerte es un despertar. Eso que permanece en la muerte, es real; aquello que desaparece, era un sueño. Éste es el criterio. “
Para reflexionar:
Mueres como un mendigo aun siendo un emperador; entonces todo se ve como un sueño. De la misma manera que por la mañana el sueño es roto, la condición de emperador desaparece, todos los reinos desaparecen. Entonces la muerte es un despertar. Eso que permanece en la muerte, es real; aquello que desaparece, era un sueño. Éste es el criterio. “
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