sábado, 13 de octubre de 2012

ALUMBRAR EL CAMINO DE LUZ......


Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:  ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves. Entonces, el ciego le responde:
Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz... para que otros encuentren su camino, cuando me vean a mi. No solo es importante... la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso, para que otros puedan también, servirse de ella. Cada uno de nosotros... puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.  ¡Qué hermoso sería, sí todos ilumináramos los caminos de los demás! Sin fijarnos si lo necesitan o no. Llevar  luz y no-oscuridad.
Si toda la gente encendiera solo una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día, con mayor intensidad. Tenemos en el alma, el motor que enciende cualquier lámpara...
La energía que permite iluminar, en vez de oscurecer y está en nosotros saber usarla. Haz la parte que te corresponde y el Universo  hará el resto. El que alguien toque mi vida es un privilegio. Tocar la vida de alguien es un honor. Pero el ayudar a que otros toquen sus propias vidas, es un placer indescriptible!        
Cuando hay cosas en nuestra vida que no nos sirven, hay que liberarlas, deshacernos de lo viejo, dar espacio a lo nuevo, cuando liberamos ataduras, costumbres, tradiciones del pasado, el camino es más ligero, tenemos todas las herramienta adecuadas solo tenemos que usarlas nosotros las pusimos  ahí ni que ahora no seamos cociente de ellas, búscalas dentro de ti, que tienes todo lo necesario para liberar lo que no te sirve, esto nos lleva a recibir los dones de nuestro Espíritu. El conoce la verdad del sendero de nuestra alma.                                                                                  
“Eso es como cuando tenemos una habitación con una bombilla de quince vatios” la luz que recibimos no es suficiente. Tenemos que cambiar la bombilla de más vatio para recibir más luz. Lo mismo pasa con nosotros, cuando no deshacemos de lo viejo, dejamos espacio para que entre mas luz. La luz es la fuente universa de la vida, cuanta mas luz entre en nosotros mas felices seremos.
 
Cuando buscamos un lugar de Armonía y Luz dentro de nosotros, la

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