Eres el deseo genuino que añora ser perpetuo, el metal fraguado que llega adquirir formas definidas, amo del tiempo donde mi latir llega a ser. Sólo tú eres la luz que persevera sobre la penumbra, ante el día gris y ante la ceguera del hombre. Padre de leyes imposible es desconocerte siendo tu esencia notable del universo.
Inventor apasionado de presencia infinita, personalidad suprema que desvirtúa la nada, así eres tan imponente en la diversidad como tempestad inclemente ante la mar, y sutil como brisa casual que a la flor no altera. Desde el alba hasta el crepúsculo del ocaso tu gloria sé expresa en silencio y tu amor es antídoto perfecto.
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