EL hombre y el perro.
El perro y el hombre. Dupla inseparable que a pesar del tiempo, hasta
hoy mantienen esa relación de interdependencia que nos beneficia a
ambos. Hasta me atrevería a asegurar que más beneficia al hombre que al
perro mismo. La terapia asistida con animales (TAA) es prueba
irrebatible de ello.
La TAA es una intervención en la que
el perro forma parte integral del tratamiento de salud o educativo que
requiera algún ser humano según sus necesidades particulares.
El perro de terapia
Quién mejor que el perro como parte
cercana al hombre para ayudarlo a alcanzar los objetivos terapéuticos en
un menor tiempo. Por eso es que se eligió a perros altamente entrenados
por profesionales debidamente calificados, porque estos animales son un
soporte eficaz y poco convencional de la terapia que rompe las barreras
a veces existentes entre terapeutas y pacientes.
En ese sentido, el terapeuta
empleará al animal como mediador -entre él y el paciente-, diseñando
ejercicios concretos según la necesidad especifica, y así usar esta gran
motivación que brinda el perro para conseguir la participación del
paciente y adhesión a los programas.
El animal juega un papel fundamental
como elemento altamente motivador, generador de vínculos, de estímulos
multisensoriales y de refuerzo positivo. El adiestramiento
avanzado y especializado de los perros que integran estos programas y
la motivación provocada en los pacientes por la presencia de estos
animales, hacen de este tipo de terapias un complemento magnífico para
todo proceso terapéutico y educativo.
Las ventajas de este tratamiento en comparación con uno convencional son:
-El perro permite efectuar ejercicios
complejos y captar de manera notable la atención del paciente y/o
alumno, manteniendo su concentración y su actitud positiva hacia esta
experiencia.
-La excitación positiva motivada por la
presencia del animal y el afecto que le brinda el mismo, fomenta en el
participante la expresión de sus emociones y su capacidad de
comunicación. El perro representa alguien carente de prejuicios su afecto es incondicional. Acá se inicia la etapa de la aceptación personal.
-Estímulo multisensorial potente, capaz
de captar poderosamente la atención de los alumnos con el fin de
hacerles más colaborativos en las terapias y hacer más fluida la
relación con el paciente o alumno. Esto logra en un medio plazo,
generalizar las actitudes generadas en terapia a su vida cotidiana.
-La excitación positiva motivada por la presencia del animal y el
cariño que le inspira el mismo, fomenta en el participante la expresión
de sus emociones y su capacidad de comunicación.
-Ente sensorial que desafía la habilidad
para responder adecuadamente a estímulos sensoriales y lograr respuesta
satisfactoria y organizada (integración sensorial). El animal tiene un
carácter lúdico per se, por lo que es un incitador al juego y un
reforzador positivo.
-Estimulan la capacidad de proyección (hablar con y sobre su perro antes que de ellos mismos).
¿Quién imparte este tipo de terapias?
Esta terapia es dirigida y/o impartida
por un profesional de la salud conjuntamente con el especialista en TAA,
siendo la misma debidamente documentada y evaluada.
Toda TAA debe de estar diseñada para
promover la salud y mejoría en el funcionamiento físico, social,
emocional y/o cognitivo de una persona, y puede ser tanto grupal como
individual según sus objetivos específicos.
La Fundación Bocalán, de España, es una
de las entidades con más prestigio en el mundo en la integración de
animales como herramienta dentro de diferentes procesos terapéuticos.
Es así, que esta fundación llega al Perú
para promover, difundir y desarrollar la terapia, educación y
actividades asistidas con perros en nuestro país, con el propósito de
ayudar mediante esta herramienta terapéutica a toda aquella persona que
lo requiera, niños con dificultades emocionales y problemas de conducta,
adultos mayores, personas con discapacidades físicas o mentales, y
colectivos que presentan traumas o secuelas producto de alguna
problemática.
¿A quiénes beneficia?
Este servicio es recomendado, entre otros, para:
-Niños con dificultades emocionales y/o de conducta en general.
-Niños y adolescentes dentro del espectro autista.
-Personas con discapacidad física y/o mental.
-Pacientes cardíacos.
-Adultos mayores en general.
-Adultos mayores con Parkinson y/o Alzheimer.
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