Muchas  veces he leído estas sugerencias: Mantén un registro de las cosas por  las que estás agradecido, escribió Donald C. Everhart. Cada mañana has  una lista de los regalos de Dios para ti. Al final del día, escribe en  tu calendario una cosa por la que puedes alabar al Señor. 
Por mucho tiempo vacilaba. Me  parecía demasiado simplista contar mis bendiciones. Consideraba  apropiado darle gracias a Dios en los días buenos, ¿pero que iba a  decirle en esos  horribles días cuando estaba deprimido o en problemas o  cuando parecía que todo iba mal? Sin duda, tenía muchos días cuando la  alabanza no era apropiada, Al final, hice el intento. Todos los días por  un mes escribí en mi calendario una cosa por lo que estaba agradecido.  ¡Fue sorprendente! Hasta en los días rutinarios, aburridos y malos podía  encontrar una razón para alabar a Dios.
Ya no llevo un registro en mi  calendario, pero casi no pasa un día en que no piense en una buena razón  para estar agradecido. Llevar un registro de las cosas que agradecemos  es una forma de vivir en el espíritu de la Escritura.
Si estás solo y desanimado con tu  vida y buscas una razón para seguir adelante, la esperanza está tan  cercana como las palabras de la Biblia. Prueba la sugerencia anterior  por 30 días. Escribe todas las cosas por las que estás agradecido, aún  si es tan simple como estar agradecido por  el pájaro cantor que viste  en el parque o al observar a un niñito abrazando a su madre.
Siéntate en el portal al atardecer  y mira la obra de Dios. Mientras miras a tu alrededor al mundo y su  belleza, no puedes dejar de darte cuenta de la mano de Dios en tu propia  vida.
En las palabras de Nathaniel Hawthorne:
La felicidad es una mariposa, que cuando se quiere atrapar, siempre se encuentra un poco más lejos de nuestro alcance, pero si permaneces quieto, tal vez se pose en ti.
La felicidad es una mariposa, que cuando se quiere atrapar, siempre se encuentra un poco más lejos de nuestro alcance, pero si permaneces quieto, tal vez se pose en ti.
Salmo 148:1,7
¡Alabado sea el Señor! Alaben al Señor desde los cielos, alábenlo desde las alturas... Alaben al Señor desde la tierra.
¡Alabado sea el Señor! Alaben al Señor desde los cielos, alábenlo desde las alturas... Alaben al Señor desde la tierra.
 
 

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