Porque Él, padre Creador, Todopoderoso nos ha creado a su imagen y semejanza, es decir que todo lo que poseemos es esencia de Dios.
Es decir que cada uno tenemos un espíritu dado por Dios parte del Espíritu de Dios y nuestro cuerpo en todo su conjunto está formado por células que son de Dios, dadas por Él a su imagen y semejanza.
Cada uno con su forma, cada uno con su función, cada uno con su propio color, sonido y expresión y sin embargo, tan iguales, tan unidos, dándole forma a este vasto universo, dándole forma al cuerpo de Dios.
Y es que, en este universo solo existe la perfección.
Somos un reflejo de esa Magnífica Perfección, nuestro cuerpo es un reflejo de esa Magnífica Perfección
Nuestro cuerpo se manifiesta a sí mismo como Uno y sin embargo, son nuestras células las que le dan esa Unidad.
Cada una en su diversidad, cada una con su función, cada una con su color, Unidas le dan forma a nuestro cuerpo e individualmente exploran la vida y la creación en ese vasto océano de vida que nuestro cuerpo es.
Somos perfectos, portadores de la Esencia Divina en nuestro interior. Cada célula de nuestro cuerpo es un reflejo de esa infinita perfección.
Somos a imagen y semejanza de Dios, tenemos el Espíritu de Dios y somos esencia de Dios, entre todos formamos el cuerpo de Dios.
Dándole forma a la vida respirando amor, Juntos en un vasto océano de vida, de amor, de Fe de conocimiento, existimos como energía, como un soplo infinito de vida. Existimos por el soplo de vida del espíritu que tenemos.
Dentro de ese océano infinito de vida existimos Todos.
Estando unidos, respirando como Uno y sin embargo, explorando la vida como individuos, utilizando el Infinito Poder Creador que nos corresponde porque somos parte de Dios.
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