La princesa para la ocasión se cambió de peinado, recogió su larga melena con unos rizos y se ajustó la tiara helénica, propiedad de doña Sofía, con un flequillo que recuerda mucho al que suele lucir Rania de Jordania en situaciones similares. Es con este peinado cuando el parecido entre ambas resulta asombroso. Pero no solo en esta ocasión hay similitudes. Repasando sus fondos de armario hay conjuntos de diario que parecen un calco unos de otros, por lo que la comparación es inevitable.
La pregunta es ¿quién imita a quién? Por antigüedad, Rania saltó antes a la pasarela de la realeza. Precisamente su obsesión por seguir la moda se le está volviendo en contra en su país que ve como su reina se gasta miles de euros en las grandes firmas de alta costura mientras que ellos luchan por salir de la pobreza.
Los estilistas a la hora de establecer comparaciones también advierten de que ambas son mujeres de una edad similar que lógicamente buscan ropa acorde con el tiempo en el que viven y que ambas forman parte de la realeza del siglo XXI.
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