“Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras
deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos
metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino y el
poder y la gloria, la paz y el amor, por todos los siglos. Amén”.
Jesús mi salvador, así me enseñaste a iniciar las oraciones, para
que resulten válidas. Dios Todopoderoso y Eterno, Padre de la Gloria,
Padre Celestial. Padre Espiritual, Padre Santo, Padre de Justicia,
Amado Padre, Padre Querido, mi Dios: “JEHOVÁ” y/o “YAVÉ” y/o “YO SOY”
y/o “EL QUE VIVE”, son tus Santos nombres, con los cuales te reconozco,
como mi Dios vivo y único, apoyándome en Jesús, tu hijo amado, mi
salvador, redentor y abogado ante ti Padre, e invocando al Espíritu
Santo, fuente de toda verdad, sabiduría y justicia, te doy las gracias
por este nuevo día que me das, por la salud y la vida, por el pan y el
agua, por el amor y la paz, por tus bendiciones, por este nuevo
despertar y la esperanza de poder servirte como tu quieres y cuando tu
quieres, por amor a tu nombre, como dice tu palabra.
Te doy las gracias por poder ver, hablar, sentir y oír esta
mañana, con mis cinco sentidos intactos, con todo mi amor y
mi fe plena puesta en ti, en tu hijo Jesús y en el Espíritu Santo. Soy
bendito porque tú eres un Dios comprensivo, misericordioso, contenedor,
amoroso y de perdón. Tú has hecho tanto por mí, has producido un
cambio tan grande en mí vida y continúas modificándome para que pueda
llegar a ser un verdadero hijo tuyo, y aún sigues bendiciéndome cada
día.
Te doy las gracias por todas las bendiciones que recibo y las pruebas
que me impones, ya que por ellas me entero que me tienes en cuenta.
Perdóname por todo lo que he hecho, dicho o pensado que no fuera de tu
agrado, pero sabes, soy carne y la carne peca, he pecado Señor y
reconozco mis transgresiones, mis iniquidades, mis fallas, mis faltas, y
te pido perdón especialmente por todo aquello que haya dicho o hecho
que no fuera de tu agrado, pero también sabes que luego me arrepiento,
humillado, plenamente convencido, apenado y de corazón contrito y pido
tu perdón.
No permitas que haga, diga, piense, sueñe o proyecte cosas que te
muevan a ira, no podría soportarlo ni sobrevivir sin tu
misericordioso perdón. Mantenme firme y seguro, alejado de todo mal,
nudo, complicación, peligro, trance, situación o daño, que me aceche.
Ayúdame a comenzar este día con una nueva actitud y mucho amor, para
hacer lo mejor de cada día, y que éste sea un día pleno, de
edificación, de elevación espiritual, aclara mi mente y así podré oírte
y servirte más y mejor, acelera mi transformación, mantenme firme en
tus caminos.
Te amo y te necesito, tú sabes que estás en mi corazón, bendíceme y
bendice a mi familia, mis hijos, mis nietos, mi compañera de vida y mi
hogar, mi trabajo, mis amigos y enemigos, porque de ellos también
aprendí y también lo necesitan. Guarda mis bienes espirituales, mis
sueños y proyectos, facilita mis asignaturas pendientes, Jesús sé mi
abogado y ejerce tu poder para defenderme de los problemas que padezco o
llegue a padecer.
Protégeme de los males que me acechan y aleja de mí toda tentación,
falta, trasgresión o pecado y a todos aquellos que solo desean mi
perdición, mi mal y quieran alejarme de ti, no lo permitas Señor.
Abstráeme del mundo que nos rodea, aumenta mi espiritualidad, ayúdame a
vivir mas cerca de ti, libérame de toda tentación, no permitas que el
enemigo cumpla su cometido, socórreme.
Ten piedad y misericordia por los enfermos, por las viudas, los
huérfanos, la juventud perdida, los desvalidos, por los presos inocentes
porque de los culpables tú te encargas. Te hago un pedido especial por
nuestros gobernantes en todos sus extractos, barrial, municipal,
provincial, nacional y por todos los gobernantes de la tierra, en todas
sus formas o condiciones, desde el más humilde al más encumbrado, por la
paz del mundo, ilumínalos Señor.
Aclara y expande mi mente y mi sabiduría acerca de ti y del misterio
de tu existencia, para que pueda aceptar incondicionalmente todos tus
designios, tu mansedumbre, tu comprensión, tu misericordia, tus
mandamientos, tus estatutos, tu infinito amor, tu sacrificio por mi y
por todos mis hermanos.
No permitas que me lamente de las cosas sobre las que no tengo
ningún control ni voluntad, que no tienen injerencia en mi vida, ni de
las que no pueda cambiar o mejorar y de lo que a mi alrededor suceda
en lo que no tenga arte ni parte, evítame involucrarme para obviar tu
enojo y tu castigo ejemplar y poder seguir a cuenta contigo. Libérame
de la sangre de los que no logre convencer de tu existencia, de que
Jesús es el único pastor y camino para la salvación del alma.
Permíteme seguir viendo el pecado a través de tus ojos Señor y que
pueda reconocer el mal y apartarme de él, líbrame de todo mal y de toda
tentación, sos la única salvación para mi alma. Continúa bendiciéndome
para que yo pueda bendecir a los hermanos con tu divina bendición.
Mantenme fuerte para que pueda ayudar al débil, en su flaqueza y
reconfortarlo.
Dame inteligencia suficiente, expande mi sabiduría y mi fe para que
pueda llevar a los hermanos el evangelio integro, como está escrito,
completo sin sacar ni poner una coma o una tilde, como tú quieres.
Enséñame a orar bien, para que mis oraciones sean válidas y pueda crecer
espiritualmente, Jesús intercede ante el Padre, para que mi Dios vivo
escuche mis humildes oraciones, mis mas caras peticiones, para que
lleguen a su trono celestial, sean escuchadas, sean atendidas y
guardadas en el cáliz que tiene reservado para los santos.
Mantenme con el ánimo alto para que pueda tener palabras de aliento
para mis hermanos, pon en mi mente las palabras necesarias, sabias,
hazme como al profeta Jeremías, ponme las palabras justas en mi boca,
para que mi lengua logre el cometido y diciéndolas sabiamente, con tu
paternal ayuda siempre, consiga que llegue tu mensaje, a todo aquel que
quiera escuchar la verdad por la verdad misma, contenida en La Palabra
Santa de la Sagrada y Santa Biblia.
Creo que cambias a la gente y cambias las cosas en su esencia, te
ruego por los que necesiten un cambio profundo en sus vidas, tócales con
fuerza para que sientan tu presencia y se convenzan de tu existencia,
del misterio de la Santísima Trinidad, de que Tú, el Hijo y el Espíritu
Santo son una misma persona, mi amado Dios vivo, justo, único,
omnipotente, omnisciente, contra el que nadie ha podido ni podrá jamás,
vencedor de toda batalla.
No permitas que Satanás logre su cometido, cúbreme con la sangre del
Cordero inmolado, líbrame de toda tentación, de todo mal, protégeme,
llévame de la mano, solo así caminaré tranquilo y seguro por tus caminos
rumbo a SION, tu destino prometido de salvación para mi alma y mi
morada definitiva. Ruego que el que lea o escuche esta oración sepa que
no hay problema, batalla, circunstancia, obstáculo, traba, nudo,
situación, complicación, causa o motivo valedero mayor que mi Señor,
Señor de Señores, Rey de Reyes y que solo con fe, deje todo en tus
manos, para lograr victoria.
Ruego por los que se pierden y no pueden encontrar tu camino, tienen
derecho a la salvación Padre, la salvación es para todos, es tu promesa
Padre, no se regala, no se compra, no se hereda, tienen que ganarla,
Padre reencamínalos. Te pido especialmente por los que caminan
equivocados, que creen tener asegurada su salvación, ya sea por propia
convicción, por ignorancia o viven engañados por falsos credos,
evangelios livianitos y / o falsos pastores, guías, gurúes, ministros,
machas, páis, brujos, magos, curas, monjes, evangelizadores, misioneros,
espiritistas, hechiceros, encantadores, clarividentes, adivinadores,
cartománticos, curanderos, charlatanes, dueños de una verdad equivocada,
poseídos por el espíritu de error, hazles ver que Jesús es nuestro
único pastor, es nuestro único salvador y el Evangelio es la única
verdad para la salvación de sus almas y mi propia salvación.
Ruego por los que aún no te conocen íntimamente, tócales en su
corazón, llámalos y convéncelos, tráelos al rebaño, motívalos para que
se integren a tu pueblo santo, solo tú puedes. Ruego por los que aún
estén incrédulos o ignorantes de tu existencia, llámalos, motívalos
Señor con tu poder. Bendice a todos los que en esta hora estén hincados,
humillados ante tu presencia, orando, adorando, honrando, glorificando
y alabando tú santo nombre, a los que han decidido servirte como debe
ser y que además resulten de tu agrado, como un perfume ideal para tus
ojos celestiales.
Ruego por los que no lean o escuchen esta oración y no la compartan
con otros, haz que lo hagan, incentívalos, muévelos a misericordia,
hazles saber y que entiendan, que solamente oración, ayuno, himnos,
coritos y alabanzas es lo único que tu aceptas de los humanos y por
supuesto las buenas y mejores obras realizadas.
Ruego por los que aún no creen, te doy gracias, porque yo creo
firmemente en ti, en Jesús, en el Espíritu Santo, en el Plan de
Salvación, en La Palabra, en la resurrección de los muertos, en la vida
eterna, mantenme seguro en mi fe, ensánchala y auméntala, para que siga
creyendo con tanta fuerza como creo hoy, pero seguramente menos que
mañana y aún menos que después, solo con tu ayuda lo lograré.
Sé que tienes un propósito determinado para conmigo, para que mi
servidumbre te sea útil aquí en la tierra, ilumíname y ponlo en obra,
cuando lo dispongas y que sea tu voluntad, tengo el oído presto y
corazón disponible para cuando llegue ese momento, consagrándome
incondicionalmente, con la esperanza de poder servirte como tu quieres y
cuando tu quieres, por amor a tu nombre, como dice tu palabra.
Ruego para que esta humilde oración sea recibida en el corazón, del
que la lea o la oiga y cada boca que la pronuncie, la confiese dispuesto
a aceptarte decididamente, con el corazón abierto para recibir tu
bendición, tu infinita paz, tu inconmensurable amor y por encima de todo
tu perdón y la posibilidad de la redención. Lávame, límpiame,
purifícame, santifícame con la sangre del cordero, escribe mi nombre en
el libro de la vida, séllame con tu Espíritu Santo.
No me despidas de tu presencia, deja a tus ángeles conmigo, para que
me cuiden, para que me protejan, para que goce de su compañía.
Levántame revestido de tu poder, de tu amor, de tu gloria, de tu gracia,
de tu infinita paz, de tu aceptación, de tu perdón, en el sagrado
nombre de Jesús Amén y Amén..
No hay comentarios:
Publicar un comentario