lunes, 14 de enero de 2013

BUENOS MOTIVADORES


Los Buenos Samaritanos del Siglo XXI

La parábola del Buen Samaritano nos debe motivar  a  “ir y hacer lo mismo.” La parábola del Buen Samaritano es un gran modelo para vivir como cristiano. Como cristianos, se nos manda a “amar a tu prójimo como a ti mismo.” Esta historia familiar es la respuesta de Jesús a la pregunta “¿quién es mi prójimo?” Puede leer el artículo completo en Lucas 10:25-37, pero aquí está un resumen . Un hombre es robado, golpeado y dejado al lado de la carretera a morir. Dos personas pasan por él sin ayuda. Por último, el buen samaritano lo encuentra, se preocupa por sus heridas, y paga por su recuperación.
¿Qué pasaría si todos los cristianos siguieran este modelo por  un vecino del mundo que les rodea?
El samaritano tuvo:
OJOS DE ALERTA – Lucas escribe: “Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre, y cuando lo vio …” Este samaritano que iba de su rutina diaria, que no estaba en un viaje de misión o hacer un proyecto de servicio o en un evento de la iglesia. Sus ojos estaban observando ,escaneando su entorno. Él no tenía su iPod en sintonía con el mundo y pensando sólo en sí mismo.
UN CORAZON COMPASIVO – “… él se compadeció de él.” Su corazón fue movido a misericordia hacia él. Él era desinteresado. Ha habido  cosas previas a este momento que le prepararon el corazón del samaritano a no ser frío y distante, sino para ser cálido y abierto.
ACCION RAPIDA  - “Se acercó a él …” Sus pies lo llevaron más cerca. No  importaba la distancia, él estaba dispuesto a acercarse. Esto no era precisamente un  “Voy a orar por ti, hermano,” fue un encuentro cercano y personal. 
MANOS ACTIVAS “… y vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino.” El samaritano estaba dispuesto a ensuciarse las manos mientras  vendaba al herido. ¿Te imaginas atender las heridas de un desconocido? 
UNA ACTITUD GENEROSA – “Al día siguiente sacó dos monedas de plata y los dio al posadero. “Cuida de él,” le dijo, ‘y cuando regrese, voy a resarcirles los gastos adicionales que pueda tener. “Por si fuera poco, el samaritano era generoso con su dinero, pagando por el hombre para permanecer en la posada. En ese día, una moneda de plata valía el salario de un día completo. ¿Cuántos de nosotros renunciaríamos a dos días de salario para alguien que acaba de conocer?
Esa es la definición de Jesús de un prójimo. ¿Qué pasaría si los cristianos viven cada día con los ojos alerta, corazones compasivos, pies, manos rápidas activas y una actitud generosa?
Creo que podríamos, ademas,  atender la preocupación de Phil Collins en su canción  “Another day in Paradise” (Otro día en el paraíso)

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