Los Buenos Samaritanos del Siglo XXI
La parábola del Buen Samaritano nos debe motivar a “ir
y hacer lo mismo.” La parábola del Buen Samaritano es un gran modelo
para vivir como cristiano. Como cristianos, se nos manda a “amar a tu
prójimo como a ti mismo.” Esta historia familiar es la respuesta de
Jesús a la pregunta “¿quién es mi prójimo?” Puede leer el artículo
completo en Lucas 10:25-37, pero aquí está un resumen . Un hombre es
robado, golpeado y dejado al lado de la carretera a morir. Dos personas
pasan por él sin ayuda. Por último, el buen samaritano lo encuentra, se
preocupa por sus heridas, y paga por su recuperación.
¿Qué pasaría si todos los cristianos siguieran este modelo por un vecino del mundo que les rodea?
El samaritano tuvo:
OJOS DE ALERTA
– Lucas escribe: “Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde
estaba el hombre, y cuando lo vio …” Este samaritano que iba de su
rutina diaria, que no estaba en un viaje de misión o hacer un proyecto
de servicio o en un evento de la iglesia. Sus ojos estaban observando
,escaneando su entorno. Él no tenía su iPod en sintonía con el mundo y
pensando sólo en sí mismo.
UN CORAZON COMPASIVO – “… él se compadeció de él.” Su corazón fue movido a misericordia hacia él. Él era desinteresado. Ha habido cosas
previas a este momento que le prepararon el corazón del samaritano a no
ser frío y distante, sino para ser cálido y abierto.
ACCION RAPIDA - “Se acercó a él …” Sus pies lo llevaron más cerca. No importaba la distancia, él estaba dispuesto a acercarse. Esto no era precisamente un “Voy a orar por ti, hermano,” fue un encuentro cercano y personal.
MANOS ACTIVAS “… y vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino.” El samaritano estaba dispuesto a ensuciarse las manos mientras vendaba al herido. ¿Te imaginas atender las heridas de un desconocido?
UNA ACTITUD GENEROSA
– “Al día siguiente sacó dos monedas de plata y los dio al posadero.
“Cuida de él,” le dijo, ‘y cuando regrese, voy a resarcirles los gastos
adicionales que pueda tener. “Por si fuera poco, el samaritano era
generoso con su dinero, pagando por el hombre para permanecer en la
posada. En ese día, una moneda de plata valía el salario de un día
completo. ¿Cuántos de nosotros renunciaríamos a dos días de salario para
alguien que acaba de conocer?
Esa
es la definición de Jesús de un prójimo. ¿Qué pasaría si los cristianos
viven cada día con los ojos alerta, corazones compasivos, pies, manos
rápidas activas y una actitud generosa?
Creo que podríamos, ademas, atender la preocupación de Phil Collins en su canción “Another day in Paradise” (Otro día en el paraíso)
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