domingo, 3 de octubre de 2010

LOS BUENOS AMIGOS

Cuando usted tiene cinco años, sus amigos comparten sus emparedados de crema de cacahuate y de mermelada cuando olvida su almuerzo en casa. Cuando tiene 20 años, ellos le ayudan a elegir una carrera satisfactoria. Una década después, le hacen reír cuando el estrés de una familia y de un empleo de tiempo completo empiezan a agobiarle. Cuando tiene 50 años, sus amigos le ayudan a planear su retiro. Una vez que se retira, le invitan a unirse a ellos a una ronda semanal de golf y le exhortan a entrar de voluntario en la biblioteca.
Las verdaderas amistades enriquecen nuestras vidas de muchas formas. Pero, ¿pueden hacer más? ¿De hecho pueden ayudarnos a vivir más tiempo?
Las investigaciones de los últimos 25 años han mostrado que las relaciones sociales pueden tener un efecto positivo sobre la supervivencia en los adultos mayores. Pero estos estudios han dejado muchas preguntas sin responder. Por ejemplo, ¿son todas las relaciones sociales igualmente beneficiosas? ¿Las relaciones con nuestros hijos y otros familiares nos ayudan tanto como las relaciones con amigos y confidentes cercanos?
En un artículo publicado en julio de 2005 en la Journal of Epidemiology and Community Health, los investigadores reportan que, en comparación con los adultos mayores con una red más pequeña de amigos, era significativamente menos probable que los adultos mayores con una red fuerte de amigos murieran en un período de 10 años. Por otra parte, los lazos sociales fuertes con los hijos u otros familiares no afectaron positivamente la supervivencia.

Información sobre el Estudio

Los investigadores recurrieron a los datos del Australian Longitudinal Study of Aging (ALSA). El ALSA inició en 1992 y se diseño para evaluar los efectos de los factores sociales, biomédicos, conductuales, económicos y ambientales sobre la salud y el bienestar de los adultos mayores.
El estudio actual se basó en 1,477 participantes del ALSA, de 70 años de edad y mayores. Los investigadores tuvieron información extensa de cada paciente, incluyendo edad, sexo, ingresos, educación, estado de salud física y mental, discapacidades, función cognoscitiva, hábito de fumar y nivel de actividad.
Los participantes también habían descrito sus redes sociales, las cuales fueron clasificadas en cuatro categorías por los investigadores: Hijos, familiares (excluyendo hijos y esposa), amigos y confidentes (incluyendo esposa). Con base en el nivel de contacto personal y telefónico y el número de personas en cada red, los investigadores clasificaron la fortaleza de las redes de los participantes en tercios superior, medio o inferior.
Después, los investigadores observaron cuántos sujetos de estudio en los tercios superior, medio e inferior de cada categoría de red social morían en los siguientes 10 años.

Los Hallazgos

Los investigadores encontraron que era significativamente menos probable que los participantes con la red más fuerte de amigos murieran en un período de 10 años del estudio que los participantes con la red más débil de amigos. Esto fue cierto incluso después de adaptarse a factores demográficos, de salud y de estilo de vida, tales como edad y hábito de fumar, que se sabe afectan la mortalidad.
Los participantes cuyas redes de confidentes se clasificaban en el tercio medio o superior tenían una posibilidad significativamente más alta de sobrevivir después de la década, en comparación con aquellos en el tercio inferior. Sin embargo, el efecto protector de los confidentes no era tan fuerte como el de los amigos.
Una red social fuerte de hijos y familiares no tuvo un efecto significativo sobre la mortalidad.
Este estudio tuvo dos limitaciones importantes. Primera, el ALSA no proporcionó datos sobre la dieta de los participantes, la cual pudo haber tenido un impacto considerable sobre la mortalidad. Segunda, originalmente el ALSA no se diseñó para estudiar los efectos de las redes sociales sobre la mortalidad, un defecto que podría ocasionar ciertas predisposiciones.

¿De Qué Manera Le Afecta?  

El estudio demostró que los adultos mayores con una red fuerte de amigos y confidentes vivió más tiempo que aquellos con menos amigos o confidentes. Quizás lo más sorprendente sea que las redes fuertes de hijos u otros familiares no afectaron la longevidad.
Todavía no se sabe por qué los amigos tienen dicho efecto fuerte sobre la mortalidad. Quizás, como los investigadores especulan, los amigos pueden afectar de manera positiva los comportamientos de salud tales como fumar, pueden proporcionar ánimo para buscar ayuda médica o pueden tener un impacto positivo sobre el humor, la moral y la autoestima. Es esta última explicación potencial la que puede diferenciar la influencia benéfica de los amigos sobre los familiares.
Pocas personas argumentarían que un grupo de amigos íntimos, dignos de confianza puede mejorar enormemente la calidad de vida. De manera interesante, ahora parece que estos mismos amigos pueden afectar hasta cierto grado su duración. Así que bien podría valer la pena el esfuerzo extra que se requiere para estar en contacto. La risa, el apoyo y la compañía que recibe de - y proporciona a - sus amigos podrían ayudar a mantenerlo con vida por más tiempo. Con respecto a sus hijos ... bueno, por los menos no existen evidencias de que acorten su vida.

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